La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Logo carta de los lectores

Sueño, ¿dónde estás, sueño?

Bomberos prestan auxilio en un accidente de tráfico. EMILIO FRAILE

Te perdí aquel fatídico 4 de octubre de 2016, mi jornada laboral comenzaba a las 10 de la noche y terminaba “en teoría” a las 6 de la mañana. Todo transcurría con normalidad, aparte de alguna que otra incidencia fácil de solventar; por casualidades de la vida, aquella noche estábamos tres trabajadores en vez de dos como es costumbre, pero llegó aquel “maldito” aviso a las 05:45 horas (cuando los ojos se cierran, y la consciencia te abandona poco a poco, estás en pleno cansancio): Un camión de caballos averiado, saliendo humo de su interior, ocupando parte de uno de los dos carriles de la vía.

Situamos nuestro vehículo protegiendo la parte trasera del camión, aparecen los bomberos para verificar el posible incendio, limitándonos a dividirnos unos a distancia del camión y el otro cerca del mismo, con la intención de desviar la circulación (en ese momento densa) hacia el carril libre.

Mecánicamente te incorporas y la imagen es verdaderamente terrible: tres bomberos han sido arrollados por una furgoneta de reparto, algunos con lesiones graves

decoration

Apenas unos minutos después, observo unas luces que no deberían venir por el carril en el que me encuentro, si se hubiera desviado el vehículo; mi mente me advierte: “Cuidado”, y a continuación saltando fuera de la carretera, caigo en unos pequeños arbustos que me amortiguan; las dudas me asaltan, ¿No me habré equivocado?, ¿No sería fruto del cansancio? ¿No sería una alucinación? Un ruido atronador y brutal, una luz cegadora y unos gritos me devuelven a la cruda realidad: “Sí, es cierto”.

Mecánicamente te incorporas y la imagen es verdaderamente terrible: tres bomberos han sido arrollados por una furgoneta de reparto, algunos con lesiones graves. “Auxilias”, “proteges”, “das consuelo” hasta que aparecen el resto de servicios de urgencia.

A las 08:30 horas, cuando acabas el aciago turno, te das cuenta que desde entonces pierdes “el sueño”, “no descansas” y “algo se rompió por dentro”… ¿Sueño?, ¿Dónde estás sueño?

Federico Colinas Arnáez

Compartir el artículo

stats