La Opinión de Zamora

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La villa de los ciervos, un pueblo con encanto

RUTA SENDERISTA EN VILLARDECIERVOS ARACELI SAAVEDRA

Villardeciervos, situado apenas a 70 kilómetros de la capital zamorana, en pleno corazón de la sierra de la Culebra, este pequeño municipio de apenas 400 habitantes(censados), es declarado Bien de Interés Cultural con categoría de conjunto histórico en el año 2020(se inició el expediente allá por el año 1987).

Paseando por sus calles empedradas, notando el silbido del viento otoñal en todos los poros de tu piel, retrocedes a los tiempos pasados, esos de “Antaño”, algo más concurridos que los actuales; observar cómo no su iglesia “Nuestra Señora de la Asunción” construida en el Siglo XVIII, formada por planta rectangular latina dividida en tres naves.

Además puedes tomarte “algo” en sus bares más conocidos, el “Bar Salao” (regentado en su día por la Salada, muy querida y respetada, la cual desafortunadamente nos ha dejado poco tiempo atrás) o el Centro de Turismo Rural “el Remesal”, ambos negocios han ido pasando de generación en generación y adaptándose a la evolución de la vida, incluso éste último tiene su “delegación propia” en la capital Zamorana, El Remesal II, junto a los nuevos Ministerios.

También existe un pequeño Supermercado Familiar, algo esencial en estos tiempos, un servicio público más que un negocio, apoyando y dándolo todo durante la pandemia, cuando no se podía salir de casa; para los mayores que quieren seguir vinculados a su pueblo en sus años de vejez, se encuentra la residencia sagrada familia, otro de los servicios esenciales para nuestra calidad de vida.

La Ruta de las Fuentes, es otro de los atractivos, como no “la Fuente del Caño Pequeño”, “la Fuente del caño grande”, ¿Quién se resiste a la casa de los siete balcones? ¿Y la calle abraza mozas? (tan estrecha, que dos personas no tenían otra opción que “tocarse” al cruzarse); no nos olvidemos de la sillería, piedra y balcones de madera de éste “mi pueblo”, Villardeciervos.

En verano, supongo que como en el resto de localidades, sufre un profundo y alegre cambio, la llegada de los “Hijos”, “Nietos”, “Sobrinos”, “Parientes”, provocan la alegría y la algarabía de las calles; Dando un pequeño paseo a las afueras del pueblo nos topamos con la playa fluvial de los Molinos(embalse de Valparaíso) ¡Madre mía, como estaba el último verano, con su chiringuito funcionando a pleno nivel!(para decir la verdad yo me bañaba allí desde los 14 años, cuando no era más que un “lodazal”), cantidad de personas de todos los lugares de la provincia e incluso de la vecina Portugal, vienen cada año a disfrutar de un buen remojón. Con el final del verano, y principios del otoño, se aproxima la famosa “Berrea” percibida desde primera hora de la mañana, del animal que da sentido a todo esto “El Ciervo”, existiendo una estatua en su honor, rindiendo foráneos y residentes su particular homenaje.

En las manos de los jóvenes, dependerá que la historia continúe…

Federico Colinas Arnáez

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