Buenas noches queridos seguidores míos y aquellos que no me siguen, pero me leen con atención todo lo que digo aquí en las redes sociales. Ya han pasado cuatro días desde el fin de la Semana Santa en toda España, pero yo quiero hablaros de una muy especial la de Zamora una ciudad con amor, románica y con encanto donde hoy vivo y trabajo.
Después de dos años sin poder ver los pasos, ni esas Hermandades dedicadas a la vida, pasión y muerte de Jesús, ese que nació un 24 de diciembre de hace un montón de siglos y que, según las Sagradas Escrituras de la Biblia, vino a salvarnos de un pecado mortal a la humanidad entera. Aquí en Zamora ningún zamorano, ni nadie que aprecie estos sentimientos en ningún momento ha dejado que está pasión muera, agonice para que esta pequeña ciudad hermosa pueda resurgir de estos dos años atrás donde un virus la estaba matando en silencio y además este año en el que hoy estamos viendo venía pidiendo pasó con fuerza porque había muchas ganas de ella después del calvario vivido, viendo las muertes de nuestros mayores y no tan mayores tan de cerca que nos tenían tan atrapados e injustamente casi desahuciados.
Pero ahí siempre han estado presentes todos esos hermanos cofrades, de todas esas Hermandades, dedicadas a este evento hermoso que cada año atrae a muchísima gente aquí a Zamora porque se viven con una dedicación incomparable, donde ese sentimiento supera todo mal anteriormente vivido y aunque no se pueda olvidar lo sucedido hayan podido disfrutar tomando las calles de la ciudad, ciudad que ha vibrado como nunca y no solo los zamoranos sino toda la gente que ha venido de fuera para ver y sentir lo que cada año sienten las gentes de esta ciudad hermosa que ha mostrado al mundo el gran mensaje universal que un evento como el de la Semana Santa pueda mostrar.
Y es que la pasión de estas hermandades incluye en sus enseñanzas, porque no olvidemos que es una clase de catequesis sin profesores que se enseñen, pero si hombres, mujeres y niños de todas estas hermandades nos enseñan por las calles donde se muestra que se puede tener piedad sobre todos aquellos que la necesiten, la igualdad porque todos somos iguales ante el Señor y nadie es más que nadie, la dignidad porque todos somos dignos a sentirnos queridos, la comprensión porque no habría perdón alguno, el perdón porque es necesario para seguir en la vida y poder relacionarnos con todos y el amor al prójimo que es lo más principal para que todo lo anteriormente mencionado pueda ser realizado y en total libertad donde las gentes que ven todos esos pasos, huelen esa esperanza de que el resurgir del mundo será posible, si esto es un punto y seguido para seguir adelante y dejar de mirar atrás, viendo por fin la luz al final de ese túnel que debemos dejar atrás y mirar juntos hacia un presente para tener un mejor futuro para todos.
Le doy las gracias a todos aquellos que viven está manera la Semana Santa porque a mí me han enganchado como uno más que desea vivir lo que ellos esa ilusión que viven cada año y aunque lo viva desde fuera de una forma superficial al estar detrás de una barra trabajando puedo oler esa pasión al ver los ojos de todas esas gentes tanto los que participan como los que ven asombrados toda esa pasión en esta ciudad castellana tan románica y hermosa llamada Zamora.
Carlos Fernando Fondón Zaballla
Dibujos hechos por mí dedicados a esta gran pasión ejercida por todos esos hermanos cofrades aquí en Zamora.
