La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Alerta internacional

Ya hay en España casos de hepatitis aguda severa en niños

Instalaciones pediátricas en un hospital

La semana pasada se detectaron en España tres casos aislados de niños infectados por una hepatitis aguada severa de origen desconocido. Los afectados son menores de entre dos y siete años y parece que su evolución ha sido favorable en todo momento. No obstante la alarma no se hizo esperar. Los casos españoles aparecieron en Aragón, Castilla-La Mancha y Madrid. Si no recuerdo mal, venían precedidos de una alerta sanitaria internacional que decretó la Organización Mundial de la Salud que, esta vez, no se ha dormido en los laureles. El principal foco sigue estando en el Reino Unido donde hay 74 casos registrados.

Aunque poco se habla del asunto, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades ha confirmado el diagnóstico de nuevos casos en Dinamarca, Irlanda y Países Bajos. Además, se han registrado nueve casos de esta hepatitis en nueve niños de entre uno y seis años de edad de Alabama (EEUU), que también presentaban infección por adenovirus. No se sabe bien ante qué nos encontramos. Sin embargo, el organismo europeo ha apuntado en una dirección: la posibilidad de que un “agente infeccioso” sea la causa más probable de la enfermedad.

Al parecer los hábitos personales, bebidas y alimentos ingeridos por los niños no han permitido ni establecer ni identificar ninguna exposición común

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Por el momento se desconoce la causa exacta de la hepatitis en estos pequeños. Tampoco descartan una posible exposición tóxica. Curiosamente solo afecta a menores. Parece imposible que siendo distintos los países del mundo donde se han detectado los diferentes casos, todos los pequeños se hayan expuesto al mismo agente tóxico. Los investigadores tienen mucho trabajo por delante. Sólo hay una seguridad a medias, no se ha identificado ninguna relación con la vacuna contra el COVID-19 que, en el caso de los adultos, sí ha producido determinados síntomas.

A los investigadores no les está resultando fácil llegar al fondo de la cuestión. Al parecer los hábitos personales, bebidas y alimentos ingeridos por los niños no han permitido ni establecer ni identificar ninguna exposición común. Vaya usted a saber cuál es el origen del problema que esta vez tiene a la infancia como objetivo prioritario. Si es verdad que los investigadores apuestan como más probable por una etiología infecciosa, dado el cuadro epidemiológico y las características clínicas de los distintos casos, ¿dónde está el foco de esa infección? Cada día que pasa se van sumando nuevos países al problema que, a día de hoy, es una incógnita a despejar.

Ha hecho bien la OMS emitiendo una alerta internacional. El Ministerio de Sanidad español ha aconsejado, como principal medida preventiva, el lavado frecuente de manos, cubrirse al toser y emplear pañuelos desechables. ¿No le suena? Sólo que esta vez los afectados tienen entre 2 y 5 años.

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