La Opinión de Zamora

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Editorial azul

Semana Santa: la inyección de moral que necesitaba Zamora

SEMANA SANTA. PROCESION DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA

Zamora pone hoy el broche de oro a la ansiada recuperación de su Semana Santa. Una celebración que ha ido a más en los últimos días, los centrales, a medida que el tiempo se estabilizaba y que la ciudad estaba a punto de colgar el cartel de “completo” entre retornados y turistas.

Estos diez días han sido una auténtica inyección vital que la ciudad y el resto de la provincia necesitaban y no solo desde el aspecto económico, que también, sino, sobre todo, desde el punto de vista moral. Zamora ha asistido en estos dos años de pandemia a las consecuencias en forma de dolor, vidas, cierres de negocio, más emigración. La moral de los zamoranos, como la del resto del mundo, se encuentra en horas muy bajas, puesto que, sin haber desaparecido el COVID, tenemos una guerra que amenaza a toda Europa y que está teniendo una repercusión directa en el día a día de los ciudadanos de a pie. La escalada de la inflación con datos del pasado mes de marzo ha llegado al 10,9% en Zamora, una provincia con gran incidencia de la precariedad laboral, con sueldos y pensiones por debajo de las medias regional y nacional.

De ahí la importancia de síntomas, a primera vista, de cambio en estos días: las colas en las tiendas de productos de la tierra; llenos en restaurantes; ocupación de plazas hoteleras del 80 y 90% tanto en la capital como en el cada vez más consolidado, y buscado, turismo rural en los rincones de las comarcas zamoranas, de Sanabria a Sayago y Aliste.

Cualquier estímulo es bienvenido, mucho más si este apela a un sentimiento tan arraigado como es el de las vivencias asociadas a la Semana Santa de cientos de miles de zamoranos por todo el mundo

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Cualquier estímulo es bienvenido, mucho más si este apela a un sentimiento tan arraigado como es el de las vivencias asociadas a la Semana Santa de cientos de miles de zamoranos por todo el mundo. Los que han podido volver y los que no. Para estos últimos, LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA se ha erigido una vez más, y van 125 años desde la fundación de la cabecera matriz, en altavoz del devenir diario de la provincia en la que nacieron. Durante estos días han sido casi 2.000 los nuevos usuarios que han elegido la fórmula premium que supone inscribirse gratuitamente en el registro del periódico. Medio millón de usuarios únicos, más de dos millones de páginas vistas. La difusión a través de Internet y de las redes sociales ha conectado a zamoranos de punta a punta de la geografía española y del resto del mundo. La confianza de nuestros lectores recompensa días de ardua tarea para los trabajadores de LA OPINIÓN, pero sobre todo, significa llevar el nombre de Zamora, con orgullo, al panorama internacional.

Nostalgia, añoranza, han sido los epítetos más repetidos en los comentarios llegados durante las retransmisiones en directo de todas las procesiones, donde han podido asomar la vista a la tierra que dejaron tantos emigrantes y que siguen llevando dentro. Tanto o más que los miles de zamoranos que estos días han llenado las calles de la capital, porque toda esa amalgama de emociones ha terminado por desbordarse en algún episodio, afortunadamente aislado, durante algunas procesiones.

Cuando el tiempo lo impide, por mucho que duela a cofrades y a los penitentes de acera, lo sensato es hacer penitencia interior y renunciar al desfile. La apelación constante a falsos mitos convierten en premisa creencias sin base racional. La tarde del Lunes Santo la lluvia obligaba a suspender la salida de la Tercera Caída. Decepción, mucha, lágrimas de cofrades y público por la frustración, pero se comprendió sin reproches. A medianoche, aunque en esos precisos momentos no lloviera, la Hermandad de la Buena Muerte se ve obligada a tomar la misma decisión. La reacción del público, comprensible desde el punto de vista anímico que atravesamos, empaña una vivencia única que necesita de la comunión entre cofrades y penitentes de acera.

Tanto la Tercera Caída como la Buena Muerte y el resto de cofradías de Semana Santa son de penitencia porque así lo manda el tiempo litúrgico de la Iglesia Católica. Pero esa condición no obliga a salir en procesión. La oración y la penitencia pueden realizarse tanto en la calle como en el interior del templo. Quizá faltó más comunicación en unos primeros momentos de gran confusión y mucho público a las puertas de San Vicente y la plaza del Fresco, pero ya es hora de superar reacciones de abucheos de épocas que creíamos superadas. Si no se quiere atender a razones de índole religioso, aún siendo la base de la celebración, de la que no puede despojarse pues la misma perdería todo el sentido, pueden citarse de otro tipo.

La Semana Santa de Zamora es Bien de Interés Cultural. Pone en la calle un preciado patrimonio artístico cuya conservación y mantenimiento depende de los fondos públicos

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La Semana Santa de Zamora es Bien de Interés Cultural. Pone en la calle un preciado patrimonio artístico cuya conservación y mantenimiento depende de los fondos públicos, es decir, del bolsillo de todos, creyentes y no creyentes. Fervorosos de la Semana Santa y de quienes solo ven en ella una puesta de escena efectista. El respeto a lo público exige poner a salvo las obras de arte cuando hay elementos que pueden dañarlas gravemente.

Por terminar con los puntos escasos pero grises de estos días, es obligado referirse a las aglomeraciones en calles estrechas como la de Balborraz en la subida de la Esperanza el pasado Jueves Santo por la mañana. Varias filas del público, hasta el punto de que dificultaba el paso de la procesión y solo las Damas con mascarilla. Ignorar las advertencias sanitarias puede pasarnos factura de nuevo en próximos días.

Cierra esta anhelada Semana Santa en la que se ha culminado el proceso de integración de la mujer en todas las Hermandades, marcando con ello otro hecho histórico más en este 2022. Pero quedan retos por delante

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Cierra esta anhelada Semana Santa en la que se ha culminado el proceso de integración de la mujer en todas las Hermandades, marcando con ello otro hecho histórico más en este 2022. Pero quedan retos por delante para que la de Zamora ocupe un lugar privilegiado, el que le corresponde.

En días previos, la encuesta de una cadena de televisión situaba a Zamora como la Semana Santa más bonita, por encima de la propia Sevilla. Pero la presencia en las cadenas nacionales de las procesiones zamoranas ha sido escasa o nula. Sí, hubo vallas publicitarias en el metro de Madrid, pero resulta desconcertante encontrarte en los reposacabezas del AVE que trae a Zamora publicidad de la Pasión de Palencia. El camino bien puede marcarlo otra celebración BIC, el Santo Entierro de Bercianos de Aliste que, de mano de la Fundación Joaquín Díaz, llama ahora a las puertas de la Unesco. Ya nada se vende solo, ni siquiera algo tan singular y hermoso como nuestra Semana Santa que concluye. Y como manda la tradición cofradiera un último deseo: salud para otro año, 2023.

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