La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Carmen Ferreras

Adiós mascarilla, ¿Adiós?

Algo bueno debe tener el cubrebocas cuando tantos médicos bendicen su uso

ZAMORAS. MASCARILLAS. TIENDAS COVID. COVID19

Mientras Alemania da marcha atrás y mantiene las cuarentenas, España se prepara para vivir una nueva etapa, sin cuarentenas, sin mascarillas y con una falta preocupante de cuidado individual y sobre todo colectivo. Con el inefable Pedro Simón alejado del foco mediático, otros técnicos y expertos han tomado el relevo. Unos están a favor y otros en contra de observar las pertinentes cuarentenas y, especialmente, sobre el uso de la mascarilla. Lo cierto es, por mucho que intente ocultarse, que la incidencia no deja de crecer y que las muertes por Covid siguen produciéndose. Nunca entenderé esa especie de Ley del Silencio que siempre se ha establecido sobre este tema.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha hablado, anunciando que el próximo día 19 del presente mes se aprobará la nueva normativa sobre el uso de cubrebocas en España, a través de un Real Decreto, que se hará efectivo el día 20, con su publicación en el BOE. Es la forma de decirnos que, oficialmente, desaparecerá la obligatoriedad de llevar mascarillas en interiores, aunque se mantendrá en centros asistenciales, personas ingresadas, en centros sociosanitarios y en medios de transporte.

El miedo es libre y puede haber consecuencias porque no estoy muy segura de que se haga ese uso responsable de tal barrera

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Obviamente se recomendará el “uso responsable” de la mascarilla cuando se produzcan aglomeraciones de personas, así como entre las personas vulnerables y los profesionales que trabajen con ellas. También se aconseja responsabilidad «en el entorno familiar» y «en espacios cerrados de uso público», como por ejemplo en los centros comerciales. La ciudadanía está deseando desprenderse de las mascarillas. Son cada vez más las personas que han dejado de utilizarla, fundamentalmente por la calle, aunque haya aglomeraciones. El miedo es libre y puede haber consecuencias porque no estoy muy segura de que se haga ese uso responsable de tal barrera, por parte de una ciudadanía deseosa de quitarse de encima todo lo que le recuerde ese periodo terrible de nuestras vidas, marcado por la pandemia.

Servidora no tiene intención de quitarse la mascarilla ni el 19 de abril, ni el 21 de mayo. Evidentemente, a mí también me molesta. Y me dificulta la respiración. Se me seca la boca. Paso más sed que nunca. Distintos amigos médicos, me han aconsejado que no me desprenda del cubrebocas que tanto ha contribuido a otro bienestar en el que no caemos: la ausencia de catarros. No he vuelto a tener catarro alguno. Si acaso algún conato. Algo bueno debe tener la mascarilla cuando tantos médicos bendicen su uso. No precisamente el grupo de expertos que trabajan para el Ministerio de Sanidad. Sólo que, gracias a Simón, ya sabemos que no son exactamente muy fiables. ¿Será definitivo el adiós a la mascarilla? Ya se verá.

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