La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Inmunización y alteraciones

La vacunación contra el ‘bicho’ no nos ha salido gratis en salud

Una mujer se vacuna contra el COVID. Nieves Salinas| CLÍNICA MARGEN

Lo que aquí voy a contar está refrendado por diversos estudios realizados en distintos países como España, Estados Unidos, Noruega o Reino Unido. Y lo que voy a contar es que una de cada dos mujeres vacunadas ha sufrido alteraciones en el ciclo menstrual, como adelantos o retrasos en la menstruación, ciclos cambiados y reglas que incluso desaparecieron durante algún tiempo. La aparición de un mayor número de casos según avanzaba la estrategia de vacunación y la escasez de evidencia científica sobre la ocurrencia de estas alteraciones han propiciado la realización de nuevas investigaciones.

Esa no es la única alteración que se ha producido a partir, sobre todo, de la tercera dosis. En la segunda empezaron a ocurrir cosas que nadie sabía a qué achacar. La vacunación contra el ‘bicho’ no nos ha salido gratis en salud. La aparición de ciertas parestesias y otros síntomas relacionados con la segunda y la tercera dosis, dan pie a pensar que la vacuna no es tan inocua como nos han dicho, que tiene sus ‘contraindicaciones’ que no se pueden reflejar, por ejemplo en un prospecto, porque no se sabe bien cuáles son.

La aparición de un mayor número de casos según avanzaba la estrategia de vacunación y la escasez de evidencia científica sobre la ocurrencia de estas alteraciones han propiciado la realización de nuevas investigaciones

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Los expertos coinciden en que se necesitan más estudios para saber qué incidencia tienen estos datos y conocer si estos cambios se deben a la vacuna o, simplemente, a alteraciones que se dan habitualmente entre la población. Y es que, hasta el momento, no se ha establecido una relación causal. Estudios con otras vacunas sí han reportado este tipo de alteraciones por lo que hay una cierta lógica en que esto suceda también con la del COVID. Los expertos, que tampoco han profundizado, pueden decir lo que quieran, la realidad es la que manda. Lo que deben hacer es analizar en profundidad los datos de que disponen para ver el nivel de impacto de los cambios producidos en el ciclo menstrual y el grado de severidad y duración.

En los varones no se han detectado o no se han denunciado alteraciones como las sufridas por cientos de mujeres que también constaron la aparición del temido herpes zoster, tras la administración de la segunda vacuna. La ciencia tiene mucho trabajo por delante. Y tiene que estar preparada, en forma de antídotos y vacunas, para lo que pueda venir. Es verdad que la evidencia científica sobre estas alteraciones es escasa, de ahí la necesidad de nuevas investigaciones. Lo que no se puede hacer es dar alas a los negacionistas, como tampoco se puede poner en peligro a los destinatarios de la vacuna.

Inmunización, sí, pero sin alteraciones desagradables como las que han relatado tantas afectadas cuyo testimonio es real.

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