La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Insuficientes e inconcretas

Encuentro a los transportistas muy firmes y seguros de lo que hacen

Camioneros durante sus protestas en Zamora

La huelga del transporte no se acaba. No veo nada claro su final. El Gobierno no quiere contar, en las negociaciones que lleva a cabo, con los pequeños transportistas, los miles de autónomos que han logrado paralizar la distribución nacional con sus reivindicaciones. Es un colectivo que no está solo, cuenta con la comprensión de los ciudadanos, a pesar de los pesares, y con el apoyo de distintas asociaciones que consideran insuficientes e inconcretas las medidas presentadas por el Gobierno.

La Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte en carretera ha rechazado de plano el acuerdo entre el Gobierno y la patronal de transportistas. Por lo tanto, seguiremos asistiendo a las manifestaciones, al cruce de acusaciones, al rechazo frontal a las medidas gubernamentales y a vivir una primavera marcada por el descontento y el cabreo de amplios sectores de vital importancia para España.

Ojalá los problemas se resuelvan a gusto de todas las partes y que, mejor antes que después, vuelvan las aguas de la tranquilidad al cauce del que han salido por el bien de todos

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El Gobierno está en la obligación de atender las necesidades de todos los implicados, mayoritarios y minoritarios. Las minorías también cuentan, como así se demuestra en algunos de los dignos ministerios del Ejecutivo de Sánchez, fundamentalmente en aquellos presididos por Unidas Podemos en general y el de Irene Montero en particular. Ciertos acuerdos no están o no son lo suficientemente claros, no terminan de convencer a las partes, sobre todo a los que se han quedado fuera de la negociación, más reivindicativos, más exigentes y puede que incluso con más razón.

Ayer domingo se celebraron muchas asambleas de transportistas en distintas comunidades autónomas. Cuando esto escribo ignoro los resultados. Encuentro a los transportistas muy firmes, muy seguros de lo que están haciendo, con ganas de dar la batalla para conseguir acabar con una situación que estrangula su economía. No se puede salir a trabajar perdiendo dinero. No se puede soportar todo lo que esta gente ha venido soportando desde que se iniciara la imparable ascensión del precio de la luz, el gas y los combustibles en general. Cuan fácil resulta subir los precios y cuan difícil resulta bajarlos. A río revuelto siempre hay pescadores dispuestos a asegurar sus ganancias.

Subió el aceite de girasol, convenía guisar con aceite de oliva, en teoría la que no tenía problema alguno, y ya hemos visto lo que ha pasado, el aceite de oliva subió de una forma desproporcionada. Ojalá los problemas se resuelvan a gusto de todas las partes y que, mejor antes que después, vuelvan las aguas de la tranquilidad al cauce del que han salido por el bien de todos. De momento, nada ha servido para acabar con las movilizaciones al no ofrecer un plan de actuación claro e inmediato. Y, mientras, Putin amenazando nuestra seguridad.

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