La Opinión de Zamora

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La Gaya

El largo camino de Europa a la libertad

Desde Stalin hasta Putin los dirigentes rusos han sido tan comunistas como yo súbdito del Sacro Imperio Romano Germánico

Putin en el Parlamento ruso

En palabras del poeta Miguel Hernández, que lo expresó de una manera parecida a ésta: Europa se fundó para dar dirección al largo camino de libertad al mundo. En la situación actual, es difícil no llegar a la conclusión de que si no comenzamos inmediatamente a situarnos en una posición segura, pronto llegará el momento en que no tendremos la capacidad necesaria para hacerlo.

Voy a tomar una cita del dirigente del Partido Comunista chino y sucesor de Mao en 1979, Deng Xiaoping, la copio del libro de Richard Nixon, “La verdadera Guerra. La tercera guerra mundial ha comenzado”. No es un libro de mis lecturas preferidas, fundamentalmente, porque está escrito desde el convencimiento del autor de la superioridad moral de los EE UU de Norteamérica sobre el resto mundial, y eso me irrita. Pero la cita es oportuna rebelarla en estos momentos, es nada menos que la opinión de Xiaoping del pueblo ruso, dice: “La primera característica de la Unión soviética es que siempre adopta la actitud de tratar brutalmente al blando y de temer al fuerte. La segunda característica de la Unión Soviética es que aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para apoderarse de cuanto puede”.

Desde Stalin hasta Putin los dirigentes rusos han sido tan comunistas como yo súbdito del Sacro Imperio Romano Germánico. Toda la teoría de la igualdad, fraternidad entre los pueblos del mundo y proletarios uníos, sospecho que ni la leyeron nunca, ni le importaba. El ideal de los autócratas rusos ha sido: “Quien ocupa un territorio impone también su propio sistema social y político”.

Todavía no es demasiado tarde pero debemos actuar con firme decisión si queremos conseguir que Europa sea un lugar seguro para la democracia y la independencia nacional no corra peligro. La actitud con que los ucranios se han tomado para hacerle frente a los rusos, me ha recordado el sacrificio que padecieron los polacos durante la invasión rusa de 1939. La película de Andrzej Wajla estrenada en 2007, narra la matanza de los polacos enterrados en las fosas del bosque de Kantyn. En torno a 25.000, entre oficiales del Ejército, intelectuales y funcionarios polacos.

Desde Stalin hasta Putin los dirigentes rusos han sido tan comunistas como yo súbdito del Sacro Imperio Romano Germánico

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El documental de, Yael Hersonsky, de 2009, sobre el levantamiento de los polacos encerrados en el Ghetto de Varsovia, deja al espectador incapaz de reaccionar ante el horror, causado, por unos oficiales de un ejército de la más alta “kultur” germana.

Estos episodios padecidos, hace menos de un siglo, por los polacos y muy conocidos por todos, entre otras causas por la difusión de las películas citadas, me pusieron en la pista de otro casi ignorado, también sufrido por los polacos durante la II Guerra Mundial, que delata el grado de astucia del ejército ruso.

El día 1 de agosto de 1944 Polonia estaba ocupada por los nazis, los ciudadanos de Varsovia dirigidos por el ejército clandestino de resistencia, el “Armia Krajona”, se alzaron contra las tropas nazis que ocupaban la ciudad. Los alemanes movilizaron cinco divisiones bajo el mando del general Rainer Stahel, que reprimieron la rebelión con el grado de crueldad habitual durante toda la contienda. La rebelión se dio por finalizada el día 3 de octubre, 63 días después, se saldó con 250.000 muertos, la mayoría civiles, que fueron ejecutados.

Mientras esto sucedía, las tropas rusas que combatían a los nazis en el frente de este, estaban próximas a la capital, se acamparon en quedaron acampadas cerca de Varsovia y, no solamente no acudieron en defensa de los polacos, tampoco permitieron que los aliados occidentales utilizaran los campos de aviación en la zona ocupada por los rusos para transportar por aire suministros a los sitiados polacos. A finales de aquel mes de septiembre cuándo los polacos estaban a punto de rendirse, los rusos cruzaron el río Vístula y reiniciaron el avance hacia el oeste, rebasando la ciudad de Varsovia, que ya había quedado despejada de resistentes polacos.

En marzo de 1945 cuando el ejército nazi estaba retrocediendo en todos los frentes y a punto de rendirse incondicionalmente, los soviéticos (el cambio de nombre es de tipo político) invitaron a varios dirigentes del Armia Krajona a trasladarse a Moscú para tener conversaciones políticas con el Soviets, cuándo se identificaron ante los agentes fueron detenidos y encarcelados.

El Armia Krajona polaco en forma de guerrillas siguió luchando por la libertad mientras el telón de acero caía sobre las naciones del este de Europa.

El largo camino hacia la libertad de Europa todavía no se ha recorrido en su totalidad.

(*) Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende

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