La Opinión de Zamora

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Tomás Crespo Rivera

Adiós a Fernando Pennetier

Fernando Penetier, Tomás Crespo, Antonio Pedrero, Pedro Mª Laperal, Luis Quico, Jesús Quinta y Fermín Crespo en 1955.

El pasado día 11 del presente se nos ha ido Fernando Pennetier, uno de los acreditados pintores zamoranos de la promoción del amplio grupo de artistas plásticos que ha dado la segunda mitad del siglo XX en esta provincia. Fernando no perteneció a la Escuela de San Ildefonso, pues se fue a vivir a Madrid a los 15 años y la Escuela nació unos años después, pero ingresó en la de San Fernando de Madrid en 1953, en la misma convocatoria que 6 de los 7 zamoranos que nos presentábamos.

En los primero días de clase, hablando con uno de mis compañeros me dijo que era de Zamora y nos identificamos recordando los lugares comunes que frecuentábamos en nuestra ciudad. Nació en la calle Cortinas de San Miguel y también vivió en la de Viriato, además resultó ser amigo de Manolo Roncero, Nando Crespo y otros conocidos. Pronto nos hicimos amigos y al año siguiente vino invitado a mi casa en Semana Santa y en vacaciones de verano, disfrutando mucho de el río y del Club Náutico. Había reencontrado la ciudad de su infancia. Cuento esta historia porque me parece que de un zamorano como Fernando solo se conoce la literatura artística de su obra.

Tomás Crespo y Fernando Penetier en el Hall de la escuela de San Fernando. Madrid 1954.

Tomás Crespo y Fernando Penetier en el Hall de la escuela de San Fernando. Madrid 1954. Cedida

Fernando Pennetier ha participado en varias exposiciones colectivas y también tiene un esplendido dibujo en el Vía Crucis del Museo de Semana Santa que ilustran poemas de la Pasión con autores de la provincia. También firmó el cartel de la Semana Santa de 2007.

Pero se le conoce más por sus numerosas exposiciones individuales de los últimos años, la última muy reciente, días antes de su fallecimiento, en la que por primera vez presentaba una colección de pequeñas esculturas muy originales.

No quiero extenderme mucho en los valores artísticos de la obra de Fernando, pues seguramente sería reincidir en lo que otros han hecho antes. En el catálogo de la última exposición de Espacio 36, José Mª Carrascal dice que esta obra produce un “inagotable instinto creador y la impecable magistral técnica de su ejecución”. Yo añadiría que no solo en esta, sino en general en las últimas décadas la obra de Fernando, a pesar de no utilizar grandes formatos rezuma un inconfundible aroma de misticismo, trasmitiendo al espectador una sustancia ambiental-emocional poco común. Ese tenebrismo que nos hacen centrarnos en el objeto con fondos sencillos dan un ambiente monacal con veladuras que nos trasmiten a otro tiempo.

Uno de los mejores dibujantes de su tiempo

Pero Fernando Pennetier fue un dibujante excelentísimo, Puedo afirmar que ha sido de los mejores dibujantes de su tiempo. Lo que ha ocurrido es que su personalidad no le ha permitido moverse en el mundo social, que como no, también en el arte existe. Solo ha trabajado en toda su vida profesional en el gran estudio de publicidad de El Corte Inglés. Esto le ha proporcionado la independencia que siempre ha buscado para tener la libertad deseada. Pero viendo su obra de dibujante muchos creemos que no ha alcanzado el brillo que esta sociedad exige.

Termino como empezaba, se nos ha ido uno de los acreditados valores. Será difícil que se repita una generación de artistas plásticos como este grupo de los años 50 en esta provincia vaciada.

Fernando descansa en paz. Te recordaremos.

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