La primera consecuencia de la invasión de Ucrania por la Rusia comunista ha disparado el gas y empujado el precio de la luz a nuevos máximos históricos. A estas alturas son ya muchas las consecuencias indeseadas de una invasión que, posiblemente, pudo haberse evitado. La más trágica, sin duda la cifra de refugiados que ya supera los dos millones. En materia de alimentación nuestro bolsillo lleva resintiéndose desde el inicio de las hostilidades.

Pocos cayeron en la cuenta de un detalle significativo, que Ucrania es el granero de Europa, ya que ocupa los primeros puestos en la producción y exportación de girasol, cebada o maíz, por citar algunos productos. Sólo España, compra a Ucrania el 42,2% de los cereales que importa, lo que empieza a comportar una notable subida de precios. De un día para otro, se nota, y mucho, en el bolsillo del consumidor.

La propia patronal del sector asegura que no debe cundir la alarma porque España es el primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales

La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, de la que forman parte, entre otros, Mercadona, Lidl, Día, Carrefour o Makro, ha reconocido que algunas cadenas de distribución alimentaria están adoptando medidas de limitación de venta de aceite de girasol debido “al comportamiento atípico del consumidor que se ha venido produciendo en los últimos días”. Y ¿qué se ha producido? Pues ni más ni menos que una demanda anómala de este tipo de aceite tan utilizado para freír en las cocinas españolas.

Hay cadenas que ya están limitando la venta de este producto en su página web a cinco unidades o a lo sumo seis. Eso las más generosas, porque otras muchas con problemas de suministro de este tipo de aceite limitan su venta a una unidad por cliente y día. La propia patronal del sector asegura que no debe cundir la alarma porque España es el primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales. Vaya, que no tiene por qué haber desabastecimiento pero hay que ser previsores por si acaso. Bendito ‘por si acaso’ que practican muchas amas de casa.

Parece ser que la cadena alimentaria española es “extraordinariamente eficiente” y con capacidad suficiente para proveer al mercado. No obstante son muchas las personas que en su tienda de confianza están empezando a hacer acopio de este aceite en concreto y, según parece, las instituciones europeas y los sectores más directamente afectados están adoptando medidas para paliar esta situación concreta. La cosa se complica ya que el pasado año España importó productos agroalimentarios de Ucrania por importa de 1.027 millones de euros, principalmente maíz y aceite de girasol. Cabe esperar que con el girasol no pase lo que con las mascarillas dando cabida al fraude.