En pleno tsunami popular me dedique, entre otras muchas dedicaciones, a comprobar si en las fotos del perfil de los whatssaps de ínclitos miembros masculinos y femeninos del PP, seguían apareciendo los titulares del número con Casado unos y García Egea otros. En su momento, cuando todo parecía miel sobre hojuelas, algunos colgaron una foto suya con el líder en actitud de franca aprobación. Foto que hemos tragado a lo largo de mucho tiempo.

Hete aquí que Casado la pifia, gracias al empujón que le propina García Egea, y pasa lo que todos sabemos, su caída en desgracia, la dimisión de uno y la soledad del otro al que todos fueron abandonando por si les salpicaba algo y dejaban de ser y de estar. De ser esto o aquello y de estar en este puesto o en el otro. De aquellas fotos que algunos incluso habrán partido, no ha quedado ni rastro.

De la noche a la mañana han desaparecido del perfil la sonrisa de Casado y la complacencia del susodicho y la susodicha que blasonaban de una amistad, por lo que se ve frágil, muy frágil. Es lo que tienen las amistades basadas en el interés. ¡Por el interés te quiero, Miguel! En el fondo da un poco de pena. Hemos vivido la ascensión y la caída de dos personas, no sé si también personajes, que no supieron estar a la altura. No todo el mundo conoce los entresijos del maquiavelismo. Ejercerlo denota astucia y perfidia. Pablo y Teodoro de astucia andaban más bien escasos y de perfidia, puede que Teodoro, no sé.

Los ‘tocados’ por sus dedos para ocupar este puesto orgánico o este otro de salida en las elecciones se han dejado querer y les mostraban su afecto y consideración más distinguida, obsequiándoles con esas instantáneas que han desaparecido como por arte de magia de los teléfonos. Lo suyo hubiera sido que aguantaran el chaparrón, porque de esta forma han dejado sus respectivos plumeros demasiado expuestos al aire. El que ahora sopla no se sabe bien a quien va a perjudicar y a quien va a beneficiar. Por lo menos, sabemos algo, que el PP de Feijóo acogerá a ex ministros y veteranos del partido, la experiencia siempre es un grado además de ser la madre de la ciencia. Parece que la generación de Fernando Martínez Maíllo, puede que el propio Fernando, tienen muchas posibilidades. Es uno de los que está en puestos de salida junto a Fátima Báñez, Isabel Tejerina y González Pons entre otros. A ver en qué queda la cosa.

Esto se pone interesante. Hay que esperar a que Feijóo se pronuncie.