Resulta difícil entender que en España las cifras de paro sean tan altas cuando la realidad dice que hacen falta profesionales. Captar profesionales especializados, debido a la falta de formación o especialización, la insuficiencia de dominio de otros idiomas y el déficit de interés se ha convertido en un lastre para la recuperación económica. El quid de la cuestión parece radicar en el ‘déficit de interés’ de los profesionales. Del inicio de la pandemia para acá no levantamos cabeza. Así lo reconoce el Estudio de Tendencias del Mercado LaParece mentira que personas perfectamente cualificadas para el desempeño de ciertos trabajos, no den el paso necesario para acabar con este problema que empieza a ser preocupante. En el plano de la formación, las empresas valoran muy positivamente el avance que pueda suponer la nueva ley de Ordenación de la Formación Profesional para potenciar la FP y la FP dual, una modalidad cada vez más valorada. Por fin la denigrada FP, es valorada al responder a la demanda real de empleo. ¡Ya era hora!

Es imposible negar la evidencia. La FP proporciona los estudios profesionales más cercanos a la realidad del mercado de trabajo a la vez que da respuesta a la necesidad actual de demanda de empleo de personal cualificado especializado en los distintos sectores profesionales. Cuando se decide cambiar el itinerario educativo, por la razón que sea, siempre queda una segunda opción: la Formación Profesional para encontrar una salida profesional digna y cada vez más valorada.

Si la activación económica de España depende de ese déficit de interés, más vale que todos nos pongamos las pilas, especialmente los jóvenes y particularmente los estudiantes de Formación Profesional tan necesarios cuando de captar profesionales se trata. Tanto cambio y tanta gaita como se produce en los planes de estudio, gobierne quien gobierne y tanta falta de perspectiva nos han abocado a esta situación indeseada. No obstante, la pandemia ha hecho estragos, hasta el punto de que un porcentaje elevadísimo de empresas consideran que se han generado nuevas necesidades de competencia y capacidades, incrementando los problemas para hallar perfiles concretos.

Precisamente los más difíciles de cubrir en España son los profesionales del sector de las tecnologías de la información, Técnicos de laboratorio, Administración de empresas, Comercio, Economía, Comercio electrónico y Análisis financiero entre otras muchas. A ver si para más inri tenemos que importar también cerebros, profesionales y mano de obra de otros países con el potencial inmenso que tiene España. Más idiomas, más cualificación y más interés por dejar el furgón de cola y pasar a ocupar los primeros vagones de un tren sin retorno.