El del año pasado fue un largo viaje, movido por una cordillera de olas, todas ellas muy peligrosas, tanto, que su agitado movimiento, robó la salud a muchos pasajeros, e incluso muchos fallecieron. Se contó con la ayuda de unos ciudadanos especiales, que aplaudidos, trataron de evitar los diferentes naufragios, pero no pudo ser, el movimiento era violento y sus repercusiones muy graves, contándose por miles los fallecidos, y por ciento de miles los que han sufrido algún percance más o menos grave.

Qué pena, que en vez del pueblo llano y pobre, fueran los gobiernos, además de los fanáticos y estúpidos, los que se desplazaran a un desierto y se tirotearan, permitiendo que los demás disfrutáramos de nuestras pequeñas cosas

Lo peor es que este viaje no ha terminado aún, una nueva ola persigue a las anteriores, y parece que puede tener la misma gravedad, y posiblemente cause los mismos estragos sociales, personales y sociales, a pesar del flotador tan especial que suponen las vacunas, persiste el movimiento, y las consecuencias siguen siendo parecidas, sin que nadie se atreva a determinar, el momento en que nos situaremos en calma chicha, ¿tenemos que ir aprendido a convivir con este tipo de marejadas tan gigantescas y destructoras?

Obviamente, la descomposición social ha sido gigantesca, fallecidos, enfermos, empresas y negocios cerrados o abiertos de forma intermitente, como otros centros en otros ámbitos sociales, su repercusión económica se puede calificar de muy grave, ocasionando un gigantesco endeudamiento social, así como un déficit sin precedentes, por lo que actualmente vivimos en una situación francamente debilitada, no muy lejos del abismo.

Además del apoyo indirecto de la UE, contamos con su apoyo directo de cientosde miles de euros, pero que aún no han llegado, de aquí que el crecimiento con el que especuló el gobierno, ha sido reiteradamente corregido, tanto por la UE, la OCDE, como por el FMI, pasando a crecer el PIB, del 6,8 que se pensó en principio, al 4,5 para el 2021, situándose para el 2022, en el 5,5, suponiendo un descenso de 1,1, de lo que se fijó, de tal forma que no alcanzaremos hasta el 2023, la renta que teníamos previo a la pandemia.

Dentro de este oleaje y de sus muchas y graves repercusiones, destaca para una autonomía concreta, la apertura de una lengua de humo, gases y fuego, aparecida en la isla de La Palma, cuyos vómitos permanentes y fluidos con temperaturas abrasadoras, han ido lentamente destruyendo una parte de la isla. Viviendas y todos sus enseres, animales, vías de comunicación, explotaciones de plátanos y otros productos, centros institucionales, templos y cementerios, todo lo que ha encontrado en su camino hacia el mar, donde se deposita la lava alcanzado más de 40 Ha, que se suman a la extensión de la isla.

Esto significa que muchas familias se han quedado sin nada, sin vecinos, familiares y amigos convivientes, sin protección de ningún tipo, viviendo en naves u otro tipos de centros habilitados para este fin, y esto, ocasionado de forma brusca y radical, sin tiempo para el reposo o para llorar la pena, de tal forma que, se tuvieron que ausentar de sus aposentos, con una vieja maleta improvisada, y cuatro fotos que alimentaran sus recuerdos, junto a la ropita que pudieron arañar, todo se quedó atrás para siempre junto a su amor por su tierra.

Parece mentira, o de pura ficción, como un cuento que nos recordara hechos de hace siglos, pero en Europa, cuna de la cultura, y de las democracias consolidadas, que tendría que ser ejemplar en cuestiones sociales, además del problema de las migraciones, con cadáveres por todas sus frontera, desde el Mar del Norte, pasando por Canarias, hasta llegar al Este de Mediterráneo, y familias desechas, por el maltrato, violencia y hambre, algo que se hace difícil de creer y especialmente comprender, a este fracaso como sociedad madura, rica y bien organizada, se une la amenaza de una guerra, ¡qué mal suena!, qué pena, que en vez del pueblo llano y pobre, fueran los gobiernos, además de los fanáticos y estúpidos, los que se desplazaran a un desierto y se tirotearan, permitiendo que los demás disfrutáramos de nuestras pequeñas cosas, familia, amigos, compañeros y de la sociedad en general.

Rusia con su gran capitán al frente, aproxima cañones y más cañones a la frontera de Ucrania, después de apoyar a dos repúblicas fronterizas, con el deseo de anexionárselas, y Europa en la misma línea, prepara su respuesta, y el pueblo humilde, aguanta.

(*) Médico psiquiatra