Vivimos dentro de un Estado de derecho que nuestros antepasados querrían para ellos. Tenemos una libertad de expresión como nunca, sin embargo, cuando pones el oído en algunas conversaciones o ves algunas opiniones sobre políticos en Internet, que se amparan en el anonimato para hacer sus diatribas políticas, sientes que muchas personas no han entendido nada o absolutamente nada de lo que es la democracia y menos aun lo que es la libertad de expresión. No solo no se conforman con poner a caldo al político, sino que entran en su vida particular y arrecian contra su honor, dignidad, etc. Estos energúmenos que se amparan en el anonimato con la aquiescencia de los que los amparan, deberían hacer un cursillo de ética, tanto política como ciudadana. Estos métodos caciquiles son muy usados, sobre todos en entes locales pequeños y medianos, donde mucha gente se conoce, pero que deja muy tocado al personaje político al que atacan y que no se puede defender, por la alevosía del que lo practica.

La crítica a la labor política es fundamental en el sistema democrático para desarrollar un buen clima político, social y económico. El disenso político es la salsa de la participación política, y sin él la democracia estaría coja, pues, quién sino denunciaría a los corruptos e insensibles de la cosa pública. Es muy sano discrepar de los que usan la política para medrar y alcanzar canonjías que no se merecen y beneficios de la política, que de otra manera no podrían conseguir, pero de esto a insultar y faltar al honor de las personas, amparándose en el anonimato, dice muy poco de los que practican este “arte“ y que por ética a las personas que me leen no les voy a dar el calificativo que se merecen.

Participemos más activamente en el juego político, pero de manera sana y activa. Nuestro sistema político lo agradecerá.

Juan María Muradas Martín