La verdad es que no siento ningún interés por las próximas elecciones autonómicas previstas para el 13 de febrero en nuestra comunidad. No veo nivel por ninguna parte. En este caso haré como otras veces cuando no veo apenas calidad de mensaje, preparación y capacidad de gestión en ningún candidato y acompañantes: votar contra el partido que considero peor. Tampoco entro en valorar si la convocatoria electoral es oportuna o no, ya que estoy seguro de que no se ha convocado para favorecer a los ciudadanos que vivimos, cada vez en menos cantidad, en este territorio sino por otros intereses que cada uno trata de ocultar o culpar al contrario. Tampoco la lealtad se ve para nada, aunque hablar en estos términos en política es de tontos. Lo que no me cabe duda es que la mentira política y personal está por medio.

Nos esperan días de lenguaje equívoco, con muchas mentiras o medias verdades y con mensajes simplistas, como dirigidos a ciudadanos de bajo nivel. El escritor Samuel Johnson decía que “el lenguaje es la ropa de los pensamientos y, si esto es así, los políticos actuales piensan con el chándal puesto”. El lenguaje de la política degenera hacia la simpleza y está suficientemente estudiado en miles de discursos de las últimas décadas en varios países que indican que el habla de los líderes pierde complejidad y pensamiento analítico. Posiblemente sea para que llegue mejor a los posibles votantes o porque cada vez tenemos más ciudadanos simplistas, con mínimas capacidades de análisis.

Por otro lado, el panorama político nacional está tan escorado al enfrentamiento, la exageración verbal del discurso político y la mentira en la exposición y argumentación que tendrá también su reflejo en estas elecciones en Castilla y León, que el Partido Popular considera su territorio natural con el consentimiento de sus habitantes. Este panorama es así de mediocre más por culpa del bloque de la derecha que de la izquierda.

El lenguaje de la política degenera hacia la simpleza y está suficientemente estudiado e indica que el habla de los líderes pierde complejidad y pensamiento analítico

Creo que los resultados en esta elecciones apuntan a que serán distintos a las anteriores donde el PP obtuvo su peor resultado histórico en una cita electoral autonómica en Castilla y León, siendo superado en número de escaños y votos por primera vez desde 1983 por el PSOE. Han pasado muchas cosas durante este tiempo y parece que todo apunta a que la derecha y ultraderecha pueda tener una mayoría ajustada por la brusca caída de Ciudadanos, que ha traicionado vergonzosamente su ideario fundacional, y que con lo poco que saque, si lo saca, pueda llevar su rabia a sumar con el PSOE. Por otra parte, el partido por Ávila (XAV), de nueva implantación y creado expresamente para las elecciones municipales anteriores en dicha provincia, apunta más hacia la derecha y no creo que el resto de pequeños partidos, entre ellos Podemos, cuyo peso en esta comunidad es muy bajo, pueda desequilibrar el resultado. Lo que suceda en el bloque de partidos de la España vaciada, poco se puede decir ya que poco sabemos. De todas las maneras, nunca se sabe, ya que todos podemos estar condicionados.

Y para mojarme algo, si no lo he hecho ya, ahora que la derecha y ultraderecha parece que van a usar en campaña el eslogan “Sánchez o chuletón” para apoyar a sus candidatos, diré que estoy totalmente de acuerdo, ateniéndome en las declaraciones reales del ministro de Consumo Sr. Garzón sobre el consumo de carne en el periódico inglés “The Guardian”, no en las interpretaciones interesadas que se manejan en muchos medios, en partidos políticos y en redes, ese basurero digital en que todo vale.

Garzón ha afirmado que los españoles no necesitan dejar de comer carne por completo, pero sugiere que coman mucha menos cantidad y que antes se aseguren de que sea de buena calidad por el bien de su salud y el medio ambiente. Añadió: “La ganadería extensiva es un medio de ganadería ambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en partes de España como Asturias, algunas zonas de Castilla y León, Andalucía y Extremadura. Eso es sostenible; lo que no lo es en absoluto son las llamadas mega granjas. Los creadores de estos lugares encuentran un pueblo en un pedacito despoblado de España y ponen 4.000, o 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Después contaminan el suelo, luego el agua y exportan esa carne de mala calidad de estos animales maltratados”. El ministro también destacó un reciente informe que señala que 20 compañías ganaderas son responsables de emitir una mayor cantidad de gases de efecto invernadero que Alemania, Gran Bretaña o Francia.

Se puede criticar al ministro el momento de hacerlas en un periódico británico, con el ambiente político tan tenso y preelectoral en España, pero no de la verdad de lo dicho.

Pero, como se puede intuir, ahora todo vale y también en lo que nos viene encima con estas próximas elecciones en Castilla y León.