La banca patria está llevando a cabo un proceso de reestructuración que incluye tanto un recorte en el número de sucursales como de empleos, con el objetivo de ganar en eficiencia y recortar costes en un entorno complejo para el sector. No sé hasta qué punto cerrar sucursales y enviar trabajadores al paro, dota a la banca de mayor eficiencia y eficacia. Estimo que tienen la mira puesta en la cuenta de resultados y la forma de incrementarla es cerrando oficinas y despidiendo a buena parte del personal. Mal en las ciudades, rematadamente mal en el medio rural al que dejan abandonado a su suerte.

Los cierres son una constante. Encima, algunas administraciones públicas les ponen soluciones en bandeja, con lo cual se cumple el consabido ‘la banca nunca pierde”, aunque esta nada tenga que ver con la de los casinos. A cierre de septiembre del pasado año, el número de oficinas bancarias en España se sitúa en 20.421, lo que supone una reducción del 10,86% con respecto a las registradas a finales de septiembre de 2020. Esta caída en picado se traduce en el cierre de 2.488 en un año. Entre septiembre del 20 y el mismo mes del 21 los bancos clausuraron casi 7 oficinas por día. Esto no ha hecho más que empezar. Tanta fusión, tanto marketing y tanta gaita, para nada, para hacer de su capa un sayo y seguir haciéndonos la puñeta.

Lo tienen todo calculado, prefieren perder clientes a mantener el tipo con todas las sucursales abiertas. Acabaran recuperando lo perdido. Tienen infinidad de recursos para hacerlo, uno de ellas, escandaloso e inmoral, es el de exagerar la cantidad que cobran por eso que llaman ‘mantenimiento’ cuando en realidad quienes mantenemos a la banca somos los que depositamos nuestra nómina, nuestros ahorros, nuestras ganancias en sus oficinas. Lo del mantenimiento se lo tienen que hace mirar porque es obsceno. Las cifras son indecentes.

En cuanto al cierre de oficinas bancarias por comunidades autónomas, Castilla y León fue la región española que registró una mayor caída, al experimentar un descenso del 16,02%. Castilla y León es la comunidad con una cobertura menos amplia y Zamora la más perjudicada con el 27,8% de la población sin acceso sobre el total de población de la provincia. ¿Cómo se come esto, señores Mañueco, Tudanca y demás? Aquí, no solo no para la población que vacía esta tierra, tampoco para la banca y otras industrias que nos vendrían muy bien. Estamos bajo mínimos en todos los órdenes y sentidos. Pero nada de arrojar la toalla. Menos mal que siempre nos quedará Monte la Reina.