Pues claro que no es cierto lo que insistentemente propala el Estado Islámico en su afán de venganza. No es cierto que los cristianos de hoy seamos “extremadamente hostiles al Islam y su gente” ¿De dónde se lo sacan? Los extremadamente hostiles para con todos los demás, son ellos, que quieren darnos la vuelta, que quieren cambiarnos, que nos quieren someter, que quieren erradicar nuestras tradiciones y costumbres, nuestro modo de vida que, sea equivocado o no, es el que tenemos y en muchos casos el que hemos elegido.

El Isis quiere dominar el mundo y se inventa cualquier clase de ofensa para conseguir sus intereses y disculpar sus ataques. Sus consignas son aterradoras, pidiendo a los musulmanes “la obligatoriedad de esforzarse en convertir las fiestas cristianas en funerales y tragedias como recompensa, pidiendo que se combatan con todas las formas posibles, con el fin de que resulte más doloroso para sus corazones”. Es decir, los nuestros, los que abrazamos la cruz pero nada tenemos en contra de la media luna. Las Cruzadas quedan muy atrás en la historia y en el tiempo.

Creo en los milagros. Creo en la convivencia pacífica. Creo en la Paz del mundo. Creo en Dios y mire que cada día son más las voces que se alzan cuestionándolo. Creo que la Cruz y la media luna pueden convivir pacíficamente. Lo digo como lo siento. Lo inaceptable es el ruido y las constantes amenazas que profiere el Isis. El ruido y las amenazas, vengan del lado que vengan, son inaceptables.

El maestro Daniel Barenboim ha logrado lo que muchos políticos habían intentado y abandonaron creyendo que era un sueño imposible. No le resultó tan difícil poner de acuerdo a israelíes, palestinos, sirios, turcos e iraníes, además de españoles, jordanos, libaneses, egipcios y muchos más, dando vida a una orquesta de cámara que funciona a las mil maravillas y en la que caben todas las músicas que no son tuyas ni mías, sino de todos, puesto que la música es un lenguaje universal.

Voy a seguir respetando los nombres de Alá y su profeta Mahoma por mucho que el yihadismo asevere que “Jesucristo no pasó de ser un mensajero o profeta de Dios, que no es otro que Alá”. Ni cambo mi credo, ni cambio a mí Dios por muchas amenazas que nos hagan llegar y por muchos atentados que nos anuncien y con los que dicen pretender acabar con Europa. Ni debemos caer en la provocación, ni podemos tener miedo. No podemos vivir atenazados por el desasosiego. Diga lo que diga el Isis, la yihad no es la causa del Dios todopoderoso.