(Un hombre inteligente se recupera pronto de una derrota. Un hombre mediocre nunca se recupera de una victoria) Hermenegildo Sábat.

En el momento presente, donde el postureo, la imitación, a veces la carencia de ideales y creencias firmes, en definitiva de principios, de ideas y criterios propios de pensamiento, nos lleva a la conclusión de que hay determinados sectores que más que pensar lo que hacen es vegetar, permítaseme la expresión.

Sobre la mediocridad se ha escrito mucho, pero cabe citar el libro de D. José Ingenieros, que lleva por título: “El hombre mediocre”. Es de destacar que, ya a principios del pasado siglo el Sr. Ingenieros, definía la mediocridad “como una ausencia de características personales que permiten distinguir al individuo en su sociedad” y agregaba, “ los hombre mediocres son indiferentes. No tienen voz sino eco”.

Carecen de capacidad para pensar y decidir, suelen ser rutinarios, mansos y conformistas.

Leía recientemente una frase que dice así: “Lo mediocre es peor que lo bueno, pero también es peor que lo malo, porque la mediocridad no es un grado que pueda mejorar o empeorar, es un actitud.”

La mediocridad puede decirse, que es la falta de autenticidad, la falta de una personalidad definida, es la carencia de un criterio propio, los mediocres suelen ser personas sumamente rutinarias, porque la rutina generalmente, no genera desordenes.

La mediocridad suele ser amiga de la envidia, porque va unida a la arrogancia y el arrogante, por lo general es un frustrado.

Seamos originales y procuremos tener ideas propias y tratemos de superarnos a diario y de caminar en la verdad, porque la verdad nos hará libres y no serviles, que es lo que presumiblemente, desean los de arriba.

La sociedad presente necesita personas opuestas a la mediocridad, con ideas personales propias, con alta capacidad creativa, críticos e inconformistas, movidos por altos ideales, con compromisos en su vivir diario.

Saben perfectamente, mis lectores habituales que, rechazo de forma frontal la frase: “Esto es lo que hay”, tan empleada en el momento presente, y me pregunto: ¿Tú haces algo por cambiar esa situación?

Cuando no hacemos nada por cambiar las situaciones de peor a mejor, las situaciones empeoran con el paso del tiempo y ello solamente beneficia al sistema imperante, político, económico y social.

No olvidemos que la mediocridad favorece la conformidad y es contagiosa.

Les recomiendo que, después de la lectura de estas breves líneas, dediquen un momento a reflexionar sobre la situación de la sociedad en el momento presente, máxime en el estado previo a la Navidad, donde imperan los mil y un anuncios invitándonos al consumo desmedido, en una situación económica tan difícil como a que estamos viviendo, sin visos de mejoría.

Concluyo estas líneas con las frases siguientes:

“La mediocridad es el peor enemigo de la prosperidad” Henry Ford.

“Las mentes mediocres suelen descartar cualquier cosa que va más allá de su entendimiento” La Rochefoucauld.

Felices días.

Pedro Bécares de Lera