La Navidad, fechas de vacaciones, reuniones familiares y de ocio, y con ellas, desplazamientos, excesos, aglomeraciones en lugares públicos, y en ocasiones tragedia, arrepentimiento perpetuo.

Hablo de los accidentes de tráfico en Navidad, que triste y duro es sufrir un siniestro vial, y más cuando ese siniestro podría haber sido evitado.

En tus desplazamientos de Navidad, extrema la prudencia, adecúa la velocidad a las circunstancias de la vía, ten paciencia, y realiza una buena revisión mecánica a tú vehículo.

Sobra recordar, pero lo voy hacer, que si consumes alcohol la conducción no es compatible, al igual que tampoco lo es tras comidas o cenas abundantes y copiosas.

Todos queremos llegar, todos tenemos millones de ganas de ver a nuestros seres queridos, amigos y antiguos vecinos, que posiblemente haga mucho tiempo que no vemos, y más después de tantas restricciones y limitaciones en nuestros desplazamientos, pero para que eso sea posible, tenemos que ser prudentes en la carretera, y como dice el dicho, llegaremos sin prisa, pero sin pausa.

Realiza un itinerario de tu viaje, revisa a través de medios oficiales el estado de las carreteras, recuerda poner el vehículo a punto, y realiza una parada de al menos 30 minutos cada doscientos kilómetros. Ten previsto contar en el equipaje con ropa de abrigo, algo de comida, depósito de combustible lleno, batería en el teléfono móvil, cadenas etc…

Y recuerda, que lo importante es llegar.

(*) Delegado provincial en Zamora de la Fundación Avata de ayuda al accidentado