“El saber no ocupa lugar”; salvo espacio en el cerebro, en las bibliotecas, en la memoria ), RAM, (Random Access Memory), etc., es un dicho, un refrán, de verdad indiscutible, y que se podría interpretar como que él no conlleva ningún perjuicio y que siempre es positivo y favorable a quienes lo disponen al permitirles un mejor conocimiento de sí mismos, del mundo que les rodea, de aportarlo a la sociedad para solucionar su problemática, contribuir a su bienestar, etc.

Es, por lo tanto, altamente recomendable, y necesario, que todos los que la forman estén dotados del mayor volumen de saberes, de conocimientos, de información, que sus circunstancias, condiciones y características personales, se lo posibiliten. Todos tienen la obligación inexcusable de servir, de aportar, a la comunidad como ésta lo hace respecto a cada uno de sus miembros; y el que así no proceda, es un parásito social, que carga sobre los hombros de los demás, lo que por, vaguería, displicencia, negligencia, etc., no ha cumplido como debiera con sus semejantes.

Así, el conocimiento de las leyes se vuelve inexcusable pues se aprueban y publican para general conocimiento de sus destinatarios al objeto de que las conozcan y las cumplan para lograr el pleno cumplimiento de sus objetivos como son la convivencia, la solidaridad, el desarrollo, la promoción económica y social, la aportación de recursos monetarios para hacer frente a los innumerables gastos que la consecución del bienestar público, la práctica de la justicia, la ejecución de las obras y servicios públicos, la educación, la sanidad, la seguridad vial la defensa, etc., exigen y que son imprescindibles en un Estado moderno, justo y progresista.

Y todo conocimiento implica aprendizaje y éste conciencia de su necesidad y voluntad de esforzarse para adquirirlo; lo que requiere “fuentes de donde beberlo”, es decir, de personal, de lugares, de medios, etc., que lo faciliten; lo que, en estos tiempos, como diría el castizo, “está chupao”; pues, por ejemplo, la existencia de Internet, de innumerables páginas web, de aplicaciones informáticas, de bibliotecas municipales y autonómicas, de bibliobuses, etc., lo facilitan sobremanera.

Y un tipo de conocimientos básicos e imprescindibles es el de las leyes, pues su observancia es imperativa, su desconocimiento “no excusa de su cumplimiento” según el artículo 6 del Código Civil, y estamos en un “Estado de Derecho que la Nación española trata de consolidarlo”, tal como establece el Preámbulo de la Constitución Española de 1978, cuyos principios inspiradores impelen, entre otros fines, a las aportaciones a la sociedad mediante el pago de tributos; la convivencia y el respeto a los demás cumpliendo las normas sobre la propiedad, de seguridad vial, aprovechando los medios que se facilitan para un estudio provechoso en todos los niveles de enseñanza, especialmente no gamberreando, “haciendo novillos” y perdiendo, y haciéndolo perder, el tiempo, en la Universidad, con lo que se evitaría la incompetencia y los daños de los graduados universitarios a “quienes pasan por sus manos”.

La prensa y demás medios de comunicación son instrumentos óptimos para que se divulgue, en un lenguaje claro y comprensivo, lo que la ley manda cumplir para bien de todos, pues conlleva y exige que la ciudadanía sepa lo que debe tener en cuenta en relación con sus conciudadanos, con la sociedad, con las Administraciones Públicas, etc.

Cúmplase.

Marcelino de Zamora