El frío que viene dará comienzo durante este fin de semana y proseguirá a lo largo y ancho de la próxima semana. Los expertos hablan de una ola de frío polar con fuertes rachas de viento, lluvias, nieve y tormentas. Seguro que Zamora no se libra. Nos pillan las ‘Danas’, las ‘Filomenas’ y todo el censo, en femenino y masculino, de borrascas, depresiones y todo el batiburrillo de fenómenos meteorológicos.

En esta ocasión, quien está al acecho es DANA, que no es nombre de mujer aunque pueda parecerlo. Una DANA es una Depresión Aislada en Niveles Altos. Sacude por lo alto y por lo bajo. Nos pillará no se sabe bien si de refilón o de lleno y, al parecer, tenderá a desplazarse hacia el Mediterráneo. Según los meteorólogos, traerá consigo aire frío y nevadas en amplias zonas de la Península y Baleares. Aprovechemos el poco o mucho sol que nos regala noviembre en sus últimos días porque a partir del domingo es muy probable que se enfríe el ambiente debido a la entrada de viento del norte.

Habrá que abrigarse en serio, porque hasta ahora el frío no ha sido como para echarse a temblar. Temblaremos a partir de la próxima semana si los termómetros vuelven a marcar temperaturas bajo cero. No sé dónde le ven el encanto al invierno. No lo veo ni en las postales navideñas más recurrentes. La DANA que resultará de todo este baturrillo de inclemencias desencadenará un episodio de lluvias abundantes en el tercio norte peninsular, además de en Levante y Baleares donde parecen abonados a la gota fría y parientes de la susodicha.

Las nevadas, íntegras, como el gordo de la Lotería, se quedarán en la Meseta Norte a la que pertenecemos, con pedreas muy bien repartidas por distintos puntos. De momento, no se sabe nada de Filomena, que la dejen donde quiera que esté. Al parecer, esta primera embestida invernal va a ser de aúpa. Parece que la cosa tampoco pinta soleada para el puente de la Constitución. Muy por el contrario. Espero que la predicción se equivoque y podamos gozar de sol y de una temperatura apetecible. Y ya que de diciembre hablamos, puede que el mes de la Navidad esté dominado por la estabilidad y las nieblas que se repartirán el valle del Duero y Lérida. Nos tocarán de lleno. Solo si se cumple el conocido refrán, “mañana de niebla, tarde de paseo” puedo pasar por alto el asunto. De otra manera, convendrá conmigo que las nieblas son un incordio.

Atentos pues, porque el frío que viene se anuncia polar. Y ya sabemos cómo se las gasta.