La pandemia que se resiste a abandonarnos ha dejado huella en todos nosotros. Recuerdo cuando los Gobiernos de todo el mundo, con Fernando Simón a la cabeza en España, defendieron que se trataría de una epidemia localizada en algunas regiones, fallando estrepitosamente en sus predicciones, pues bien, tras casi dos años de crisis sanitaria y económica, con desastres naturales que no cesan y problemas en la cadena de suministros, cualquier escenario, por surrealista y raro que parezca, tiene más credibilidad que nunca en nuestra historia reciente.

La amenaza de un gran apagón anunciada por Austria ha calado hondo en el ánimo de los ciudadanos españoles. Con decirle que se han disparado las compras de camping gas, linternas, pilas, generadores, y kits de supervivencia de lo más completito. Se está empezando a producir una especie de histeria, psicosis o llámela usted como quiera parecida a la del cambio de milenio que se quedó en nada. La verdad es que las compañías eléctricas y la propia ministra de Transición Energética descartan con rotundidad que se produzcan apagones eléctricos en España. Quién les cree con los antecedentes existentes y el descredito político que en España alcanza cotas increíbles.

Por si acaso dejémonos guiar por el sentido común. Al anuncio austriaco, que tanta alarma ha creado, se suman Alemania y Suiza. Sus Gobiernos, por si acaso, toman medidas. En España, como no dan crédito, están dejando pasar los días posicionándose en contra de semejante posibilidad. Los ciudadanos españoles confían más en el juicio de estos gobiernos que en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Razones tenemos de sobra para no confiar. Hasta tal punto es así que son cada vez más los españoles que están haciendo acopio de combustible, velas, alimentos enlatados, agua potable y herramientas que funcionen sin electricidad. Vamos, los que los tres gobiernos citados han recomendado a sus gobernados.

Aquel apagón de Whatsapp, Facebook e Instagram, que sufrimos no ha tanto, la mayoría ciudadana se lo ha tomado como la antesala de lo que ha de venir, como el primer aviso del apocalipsis eléctrico que dicen se nos viene encima. Y todo por culpa de ‘Cannibal’, como se ha llamado a la tormenta solar que se viene encima, causante directa de apagones, caídas en la red. Ese ambiente apocalíptico que está empezando a generarse se presenta como la madre de todas las tormentas solares, hasta el punto de que los estragos de la erupción geomagnética pueden ser enormes, desconocidos hasta ahora. Lo cierto es que, en principio, en España, no hay desabastecimiento alguno. Aunque es verdad que ciertos productos empiezan a fallar. De momento, los españoles se pertrechan convenientemente.