Decimos adiós muchas veces al día, decimos adiós sin pensar que puede ser la última vez que vamos a ver a esa persona y que no va a pasar nada. Pensamos que somos inmunes, que nada nos puede dañar y habrá un mañana, pero te das cuenta que llega el día que esto no es así, que en un momento, un segundo, un instante puedes ir, no volver, un futuro incierto.....

Una pandemia llena de mutismo, incomprensión y rabia hacía presagiar un gran cambio. Pasamos del bullicio al silencio, con horas interminables de duda, los minutos se convierten horas, van pasando los días, esto es eterno...

El silencio nos habló a todos, aparecen pensamientos que no queremos oir, no hay coches, no hay gente, ni jaleo, no son días típicos, algo está pasando, te asomas a la ventana y ves sombras, caras llenas de tristeza.

Cuánto durará esto....

Buscamos sentido a este sinsentido de vida, nos alejamos para no proyectar en nuestros seres queridos el dolor, disimulamos las sonrisas, las palabras y las sonrisas se vuelven amargas, ya no hay sueños, son sueños rotos, en el refugio de cada uno las lágrimas caen por inercia...

La mayor crisis sanitaria de la historia en 100 años.

Resalta y evidencia la aparición de un virus emergente en China bautizado como SARS-COV-2, la pavorosa epidemia que se originó en Wuham y se expandió como la pólvora, antes de una actuación rápida que España no alertó, sin preveer la peligrosidad y desorientación que el coronavirus condujo en el caso de España a 70.000 muertos en 2020.

Dedicado a todos los difuntos, a quienes fallecieron en esta pandemia y a Cándida Flórez Rodríguez.

María Dolores Álvarez Flórez (Pajares de la Lampreana)