Nadie en su sano juicio, creyó las palabras de ‘consuelo’ de Otegi a las víctimas de ETA. Hay algo en el abertzale que produce rechazo. Otegi no dice nunca lo que en realidad piensa. Y cuando lo hace es ante los militantes de Bildu, con los que posiblemente se quiso justificar cuando, a renglón prácticamente seguido, afirmó ante los suyos que no habría problema alguno en votar los presupuestos porque “tenemos 200 presos en la cárcel. Si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, votamos”. Esa es la única verdad que se esconde en sus palabras. Quieren sacar tajada como sea de su apoyo y para eso tienen la necesaria paciencia, sabiendo como saben que el Gobierno que preside Pedro Sánchez, claudicará.

Cuesta mucho entender que los Bilduetarras se hayan situado como socios prioritarios en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Incluso el PNV ha puesto el grito en el cielo advirtiendo claramente a Sánchez. Para Otegi el momento es crítico, difícil e importante y van a poner todo de su parte para afianzar al Gobierno de Sánchez porque se hacen caquita pensando en la posibilidad de unas elecciones y que gobiernen España PP y Vox, con quienes se supone no van a encontrar tantas facilidades para salirse con la suya.

Otegi tiene miedo y alerta a los suyos de que si PP y Vox gobiernan, “lo pagaremos”. ‘Cree el ladrón que todos son de su condición’, Lo pagarán dejando de conseguir prebendas, otros pagaron la vesania de ETA perdiendo la vida o viéndola cercenada, Si Bildu, que se trae un doble juego preocupante, obliga al Ejecutivo a cambiar la Ley para poder poner en libertad a los presos de ETA, diez años después de aquel 20 de octubre de 2011 cuando realizó el anuncio del “cese definitivo de su actividad armada”, ETA habrá ganado, la Democracia y las Víctimas del Terrorismo habrán perdido y el Gobierno, si cede, se encontrará ante una encrucijada de la que saldrá mal parado. Bastante está cediendo ya a las pretensiones del PNV, en realidad quien manda, sólo que de otro jaez.

Otegi quiere mantener a toda costa en el poder a la coalición PSOE-Podemos porque sabe que los maneja fácilmente como así viene ocurriendo. Por permanecer en la Moncloa el presidente del Gobierno no puede caer en la trampa de Bildu por mucho que, en un principio, creyera en las palabras del coordinador de EH Bildu. Sobre todo ahora, cuando ha quedado fehacientemente demostrado su doble discurso, su doble juego que ha puesto en un serio aprieto al Ejecutivo de Sánchez a quien parece importarle poco.