El sector rural, las Organizaciones Españolas de Caza y todo el mundo en su sano juicio, denuncian la “dictadura animalista” contenida en el borrador del proyecto de ley de protección animal que tramita el Gobierno. Los frentes de contestación a esa sarta de disparates impulsados por el ministerio de Ione Belarra, se producen no sólo desde la esperada oposición de los cazadores, también los veterinarios protestan. Estamos ante una aberración jurídica con visos de inconstitucionalidad. Por favor, alguien tiene que poner un punto de sentido común en los ministerios que preside Podemos.

La deriva animalista del Gobierno es un hecho. Dejaron entrever sus intenciones cuando lanzaron la polémica propuesta de asistencia obligatoria a un curso de capacitación a todo el que quisiera tener un perro. Es curioso que los ministros de Podemos, con Belarra a la cabeza, se rasguen las vestidura en el asunto de los perros y no empleen la misma inquietud y consideración con otro seres vivos, como por ejemplo los niños, susceptibles de sufrir malos tratos e incluso la muerte.

Ochocientos científicos españoles, expertos del Departamento de Biología de la Conservación de Doñana han alertado de las catastróficas consecuencias que tendría para la biodiversidad y para el patrimonio natural la aplicación de la norma tal cual está redactada. El lenguaje empleado deja lugar a las interpretaciones y su legalidad deja mucho que desear. En lugar de poner estas cuestiones en manos de los expertos, estoy convencida que lo han dejado en manos de Echenique o peor aún, en las de Alberto Rodríguez. Sí, hombre, el diputado de las rastas condenado por el Supremo por atentado a la autoridad en la persona de un policía, quien se ha ido de Podemos pero no abandona el escaño en la Cámara Baja, ahora que lo tiene bien calentito.

Las especies invasoras podrán tener su paraíso en España. Los cazadores deberán guardar sus escopetas y todos estaremos en la obligación de respetar a las moscas, por muy ‘cojoneras’ que sean, ya que nos pueden caer multas de entre 100.000 y 600.000 euros. Si un niño de cuatro años le pega una patada a un perro, ¿cómo tendremos que actuar? ¿Podrá la 2 de TVE continuar emitiendo documentales sobre la Naturaleza?. Si en la cabeza de un escolar anidan piojos ¿qué hay que hacer con ellos? ¿Y los parásitos intestinales como la Taenia Solium, deberán eternizarse en las barriguitas de sus portadores? Si por matar una mosca te pueden caer 600.000 euros de multa, fíjese si se trata de una molesta abeja trabajadora, el ‘abejicidio’ puede pagarse con cárcel. Como esta gente no matiza, no especifica, puede pasar cualquier cosa.