Fue insinuar Pedro Sánchez (solo mentar, oiga) la posible descentralización de futuras instituciones (o sea, que habrá más, por si escasearan) y ya la modélica Isabel Díaz Ayuso se lanzó “al ataquer”, como diría el añorado Chiquito de la Calzada. Y no con un argumento de andar por casa, no, sino con una reflexión profunda, racional, filosófica, concienzuda, digna de Ortega y Gasset, Zubiri, o Unamuno, por citar solo a pensadores españoles, no sea que me acuse de mal patriota. El caso es que la lideresa de la Villa y Corte considera que la hipotética descentralización de sedes de instituciones oficiales es un castigo y una venganza contra Madrid y, claro, como Madrid es España, pues es una represalia contra España. Lógica pura, inmaculada, en la línea de las mejores reflexiones mundiales. Pienso, luego existo, que afirmó Descartes.

Y soltó la frase de un tirón, sin respirar ni nada, sin hacer pausas, como si estuviera inspirada por el Espíritu Santo, como una profecía digna de Jeremías o de otro de los Profetas Mayores. Resonancias bíblicas o así. Obviamente, los asertos de marras no cayeron en saco roto. Fructificaron pronto en la ubérrima tierra de los que están dispuestos a sacudirle a Sánchez, a su gobierno y a sus ministros a la mínima ocasión. Solo necesitan alguien que toque la trompeta y el tambor para ir detrás, en procesión o en fila india. Y ahí sí que descuella doña Isabel. De modo que hubo una catarata de declaraciones en la misma dirección: se destruye España, se rompen no sé cuantas cosas, se hace para premiar a los catalanes o a Bildu, Sánchez odia a Madrid y, por tanto, a España y así hasta el infinito. Hubo días en los que tardé en levantarme de la cama; temía que, ante tan grave atropello, ya no quedará en pie ni mi pueblo.

Me gustaría saber con claridad que piensan nuestras ilustrísimas autoridades de esa posible descentralización. Ya sé que no es un asunto prioritario, que hay problemas mucho más urgentes, pero no conviene echarlo en saco roto

Al final, me rehíce. Reconozco humildemente que yo no estoy a la altura de tamaños razonamientos filosóficos y, claro, no puedo dar la batalla en esos terrenos, pero algo sí me vino a la cabeza. Verbigracia, preguntas. Una referida a la actualidad zamorana: ¿traer soldados de acuartelamientos madrileños a Monte la Reina es castigar a Madrid y, por consiguiente, a España? Según la teoría Ayuso, sí. O eso parece porque la lideresa gata (no es un insulto, a los madrileños los llaman así y no se ofenden) no ha aclarado qué sedes atentan contra su región y cuáles no. Por ejemplo: ¿trasladar el Instituto Oceanográfico a una ciudad con puerto de mar es vengarse contra Madrid y, por tanto, contra España o una simple decisión racional?; ¿es normal que el Ministerio de la Marina o la Dirección General de Minas estuviesen siempre en los madriles donde solo hay barcas en el Retiro y de minas ni hablemos? En esas quisicosas nimias no entró, ni entra, la señora Ayuso.

Volvamos a Monte la Reina. Imagínense que doña Isabel presiona como solo ella y Miguel Ángel Rodríguez (MAR) saben hacerlo para que ni un solo militar salga de Madrid porque Madrid perdería población, influencia, etc, etc y dónde estaría el Ejército mejor que en Cuatro Vientos y demás ubicaciones madrileñas. Y que Sánchez cede, aunque fuera para evitarse más dolores de cabeza y más leñazos de la prensa conservadora, que haberla, hayla. Entonces, ¿qué?, ¿a quién apoyarían los populares de aquí?, ¿a su idolatrada jefa madrileña o a los que empujan para que los soldados vuelvan a Monte la Reina? La pregunta puede parecer una perogrullada, pero no lo es. Y no lo es porque he leído y oído últimamente algunas manifestaciones que me han dejado turulato. ¿Los que respaldan a Ayuso la respaldan también en su rechazo a cualquier descentralización?, ¿le vendría mal a Zamora ser sede de alguna institución de nueva creación?, ¿o estamos otra vez ante el viejo estigma de que hay gente más volcada en sus intereses partidistas que en los de todos, en el bien común? Y esta tierra es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando mandamases y gerifaltes solo se preocupan de sí mismos. Primero, que Ayuso se cargue a Sánchez; después que gobiernen los míos y, más tarde, ya veremos, pero siempre a favor de aire.

Así que me gustaría saber con claridad que piensan nuestras ilustrísimas autoridades de esa posible descentralización. Ya sé que no es un asunto prioritario, que hay problemas mucho más urgentes, pero no conviene echarlo en saco roto. Nos jugamos bastante, aunque parezca una frivolidad de Pedro Sánchez. Descentraliza, que algo queda. Y si Madrid ha sido (y es) sede de tantísimas instituciones durante siglos y siglos, ¿no nos toca ya, aunque sea poquito, a los demás pese a que se enfaden los que jalean a doña Isabel? ¿Y por qué no llevamos Monte la Reina a Alcorcón y así se queda tranquila…un ratito? Le echamos la culpa Sánchez y Santas Pascuas.