Actualmente el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico trabaja para que no se vuelvan a repetir situaciones como la vivida este verano en la provincia de Zamora con el vaciado de Ricobayo y hace unos días el secretario de Estado de Medio Ambiente reprobaba ante los alcaldes afectados que, con el precio de la electricidad por las nubes, las empresas concesionarias hubiesen superado “ lo que el sentido común recomienda en el uso de un recurso público tan sensible como es el agua”. Son sólo dos ejemplos. El Gobierno, finalmente, ha decidido poner coto a las eléctricas y el cambio en las formas es evidente.

Habrá que esperar un tiempo para valorar si las medidas que se están tomando fueron acertadas o no pero, al margen de su efectividad, suponen un reconocimiento implícito a quienes desde el primer momento denunciaron los abusos. Alcaldes, asociaciones, medios de comunicación. A todos. Su esfuerzo ha forzado al Ejecutivo a ponerse el mono de trabajo y eso es un logro innegable, sin embargo, en todo este proceso se echa en falta la ausencia de algunos y también, lamento decirlo, un apoyo decidido y firme por parte de ciertas instituciones.

Habrá que esperar un tiempo para valorar si las medidas que se están tomando fueron acertadas o no pero suponen un reconocimiento implícito a quienes desde el primer momento denunciaron los abusos

Pienso en los grupos animalistas, tan activos y bullangueros normalmente, que en esta ocasión, sin embargo, no han considerado oportuna la consabida cacerolada. También, en la Confederación Hidrográfica del Duero. Y por último, en el máximo órgano ejecutivo de nuestra Comunidad. Desconozco si la Junta de Castilla y León ha exigido a Iberdrola las oportunas compensaciones, no lo sé, pero su tibieza ante el atropello contra uno de los mayores activos de la provincia ha sido, por decirlo de manera suave, sorprendente.

Los desembalses no se producen de la noche la mañana. El que nos ocupa fue el resultado final de un proceso que se prolongó durante varios meses, por qué, entonces, no se paralizó a tiempo. ¿Es que nadie en la Junta vio lo que sucedía? Por qué no se aplicó desde el principio la normativa de la Ley de Patrimonio Natural autonómica que permite sancionar directamente por el impacto en la flora y fauna. Yo no lo sé. Tal vez existan razones para la demora, pero lo cierto es que pasó mes y medio antes de que la Junta abriese expediente a la eléctrica y que, según la Consejería de Medioambiente, su actuación se había limitado hasta entonces a informar al Ministerio de Transición Ecológica de la disminución de la cota.

Dejo para el final a la Confederación Hidrográfica del Duero... ¡ Qué decir de un organismo que no es capaz de dar la cara ni siquiera ante el Defensor del Pueblo! Su silencio ante tan alta institución es una falta de respeto intolerable en una democracia pero ella sigue en sus trece, erre que erre, y ante los reiterados requerimientos sobre el vaciado no sabe no contesta, ni está ni se la espera. Es un comportamiento, el suyo, impropio. Indigno a todas luces, pero por increíble que parezca esto es lo que se desprende del escrito que el propio Defensor del Pueblo firmó el día 6 de octubre como contestación al del representante de las Bases Náuticas del Embalse que había acudido a la institución pidiendo amparo.

Ojalá tanto la Junta de Castilla y León como la Confederación Hidrográfica del Duero reconduzcan la situación y pongan su empeño en acabar de una vez por todas con tropelías como la del desembalse que nos ocupa! Sería una gran noticia para todos, pero en especial para los zamoranos porque lo que está en juego no es solo el equilibrio del ecosistema. También, y en gran medida, el futuro de nuestros pueblos.