Lo de Monte la Reina da para escribir una novela de misterio e intrigas con final abierto. O una comedia de enredo con un desenlace todavía por determinar. O un serial de esos de cientos de capítulos en los que los protagonistas pasan de buenos a malos, y viceversa, según le pete a los guionistas o marquen las tendencias de los espectadores. En fin, que da para mucho y lo que te rondaré, morena. De momento, y desde el pasado domingo, acapara la actualidad provincial y ha suscitado todo tipo de cruce de declaraciones, ¡faltaría más!, entre unos y otros. Oiga usted: ¿pero no estábamos todos de acuerdo en que lo de Monte la Reina era vital para esta tierra y, por tanto, todos teníamos que empujar en la misma dirección? Eso parecía, aunque ya volaran las sillas y sonaran los estacazos. Sin embargo, ha sido anunciar Pedro Sánchez una partida de 20 millones de euros y los porrazos dialécticos se han multiplicado, eso sí con una excepción: la suspensión de la manifestación en Madrid, a la que, dicho sea de paso, tampoco se auguraba un gran éxito. Algo es algo.

Quien ha mantenido siempre una coherencia y un empuje ejemplar ha sido la Caja Rural de Zamora. A Dios rogando y con el mazo dando. Reivindicar con respeto y sin descanso y, a la vez, poner un millón de euros sobre la mesa. Así sí se hace patria

Tengo para mí que el anuncio de Pedro Sánchez en Ponferrada pilló con el paso cambiado a los que aquí habían hecho de Monte la Reina uno de sus principales argumentos para darle caña al PSOE y al gobierno de coalición. Lo de los 20 millones los desarmó. ¿Y ahora que decimos? Fácil, hombre: que son insuficientes, que llegan tarde, que vaya usted a saber cuándo se van a invertir, que Sánchez se ponga a trabajar…Y Fernández Mañueco, sin reconocer explícitamente la buena noticia (ni una referencia en su primer mensaje…ni después) reiteró lo de los 15 millones que ofrece la Junta. Había comenzado, chan-ta-ta-chan- la subasta. Solo faltó al clásico animador y su no menos clásico grito: “Hay quién dé más”

-Yo creo que deberían organizar un acto público con un famoso televisivo como presentador y dispuesto a vocear cada poco:”Aquel caballero, ofrece mil euros, anímense y suban la puja; a la una, a las dos, venga, que Monte la Reina bien se merece que usted se rasque el bolsillo”. Y así se podría sacar una pasta, dice el señor Berálides, entusiasta él.

-No se lo tome usted a broma, que cuando hay votos por medio, puede pasar de todo. Y por muy raro que sea, siempre tendrá defensores y hasta sicofantes, apunta don Milburgo, versado en fenómenos extraños.

-Es que parece que a la mayoría de los políticos los operan de la memoria nada más afiliarse a un partido.

-Y les dejan memoria selectiva. Solo se acuerdan de lo que les favorece y se les borran de la mente posturas y declaraciones anteriores. Claro que, como se dice en el “Martín Fierro”, “olvidarse de lo malo/también es tener memoria”.

O sea que, siguiendo esa teoría, Barrios, Fernández Mañueco y otros ilustres conservadores tienen una memoria excelsa cuando, en esta tesitura, olvidan que no hace tanto, con Rajoy en la Moncloa, el Gobierno quiso vender Monte la Reina. Sí, sí, los terrenos estuvieron a la venta. Y, probablemente, así seguirían si don Mariano hubiese continuado al frente del Ejecutivo. Pero nadie pujó por ellos, nadie se interesó. Protestaron los de Toro (únicamente los socialistas), guardó silencio la Diputación y la sociedad zamorana, si es que existe como tal, miró para otro lado, como suele hacer con tantas y tantas cosas; por ejemplo con los problemas del campo. Si hubiese habido compradores, posiblemente hoy Monte la Reina fuese un amplio coto de caza con sus guardas, sus batidas y sus perritos que le ladren. Conviene tenerlo presente ante determinadas poses y palabras.

Pero Monte la Reina se puso de moda. No recuerdo quien lanzó la primera idea de recuperar las instalaciones para uso militar y, con ellas, la llegada de miles de familias a Zamora. Pedro Sánchez lo prometió en el 2019 y ahí comenzó la presente historia. Los del PP, lanzándose a la yugular cada vez que no había noticias sobre Monte la Reina. Los del PSOE, a la defensiva y jurando y perjurando que el plan saldría adelante. Ahora sacan pecho mientras los populares buscan excusas y ponen peros al anuncio de Sánchez. Les ha chafado uno de sus motivos para dar caña y más caña. Quien ha mantenido siempre una coherencia y un empuje ejemplar ha sido la Caja Rural de Zamora. A Dios rogando y con el mazo dando. Reivindicar con respeto y sin descanso y, a la vez, poner un millón de euros sobre la mesa. Así sí se hace patria. Y así se muestra un camino que todos deberían seguir: discrepancias, las que se quieran, pero unidad de acción cuando hay un objetivo común. ¿O es que con las navajadas se logra algo?