La sociedad demanda que tanto los sanitarios como los agentes policiales nos protejan y estén a nuestro servicio, es decir servir y proteger, pero para ello estas personas precisan a su vez ser respaldados y protegidos por los políticos, judicatura e instituciones varias para con ello ejercer su labor sin miedo imponiéndose ante los vándalos y delincuentes y en el caso de los sanitarios aplicar sus conocimientos médicos a quien lo demande.

Desde hace un tiempo observamos que ambos cuerpos de profesionales son agredidos, insultados y humillados sin que sean respaldados debidamente ni dotados de medios suficientes por los organismos correspondientes donde cómodamente se aposentan sus dirigentes y superiores, máxime cuando hablan de hechos puntuales quitando hierro al asunto. Estamos a tiempo de evitarlo y debe actuarse ya imponiendo las sanciones, incluso penas correspondientes y que estas se cumplan para evitar un posible caos.

Ángel Santamaría