Independientemente de la previsión y la calidad de las uvas próximas a vendimiar, el problema no está en la lluvia, el problema está en la mano de obra. No hay o es insuficiente. Lo nunca visto. No ha tanto, para la vendimia todo el mundo se apuntaba. Y si no había posibilidades de vendimiar aquí se iban a Francia donde la mano de obra española siempre es bien recibida, no sé si bien tratada, pero sí bien recibida.

Me lo decía hace unos días mi amigo Alberto que también tiene viñedos, aunque en su caso nada tiene que ver con la D.O. Toro. No encuentran jornaleros. Les está resultando sumamente difícil y tienen la tarea encima, con lo cual la premura es real y seria. Esta situación no encaja con las alarmantes cifras de paro que arroja Zamora. A no ser, claro que nos hayamos hecho comodones, nos hayamos acostumbrado al subsidio de desempleo y que doble el lomo otro.

Las últimas campañas vienen arrojando la misma tónica pero no de forma tan acusada como esta campaña. Acabarán poniendo en manos de robots los viñedos porque, la vendimia, como la conocemos hasta la fecha, será historia, una estampa costumbrista, un cuadro digno de Ricardo Segundo y nada más. Más máquinas para el campo y menos hombres. Un error, porque de la tierra vivimos. La tierra es la que nos da sus frutos para que nos alimentemos, frutos que hay que mimar y eso no puede hacerlo una máquina, eso lo hace la mano del hombre y su experiencia.

El medio rural es de una importancia vital. Sobre todo en Zamora. Me viene a la memoria Jorge Rey, el chaval de 14 años que saltó a la fama cuando “Filomena”, cuya presencia predijo, hizo su aparición. Como si de un Albert Barniol o un Roberto Brasero se tratara este jovencito es el meteorólogo oficial de la cadena de radio local Radio Espinosa Merindades de la localidad burgalesa de Monasterio de Rodilla. Por cierto, siguiendo el ancestral método de las cabañuelas predice para el 24 de enero, la llegada de una nueva Filomena o como quieran llamarla. Lo que una ciencia no logra, lo consigue un sistema de predicción del tiempo a largo plazo. Ya ni Calendario Zaragozano, ni nada que se le parezca, ahora y siempre pitan las cabañuelas.

Me alegra saber que en principio se espera una buena campaña y una cosecha que podría superar la del pasado año, por lo menos en la D.O. Toro. Ojalá sea así en todas las demás. Y sobre todo que nunca cambie el paisaje al que nos tiene acostumbrados la vendimia.