Quizás se trate de uno de los acontecimientos sociales de mayor trascendencia, además de por lo que significa de forma intrínseca para cada individuo, por como lo vive la sociedad en su conjunto. Obviamente su importancia es vital, la formación es el motor del progreso de cualquier sociedad, es el referente fundamental en materia de salud, empleo, satisfacción personal, comunicación y contacto con el resto de los individuos, de todo lo que significa crecimiento, desarrollo y por tanto felicidad. Es en definitiva, la base de nuestro bienestar. Sin formación hablamos de decadencia, de deterioro, de destrucción progresiva y miseria.

Miles de familias se ponen en movimiento, inquietas por las exigencias académicas, claro que no es lo mismo las correspondientes a un niño de tres años, que a uno de veinte, pero en cualquier caso la inquietud familiar, la búsqueda de respuesta a cada requerimiento, la necesidad de establecer un nuevo orden familiar, el hecho de poder conseguir ensamblar un nuevo estado a nivel familiar y social, la aceptación de nuevos roles por parte de la familia, incluso de los abuelos, es una realidad incontestable que requiere, esfuerzo, dedicación, disciplina, y cierto protocolo de actuaciones.

La Formación Profesional, con el tiempo, va adquiriendo la importancia que merece. Es una rama de la formación que ha de seguir creciendo, porque es la que mejor se adapta a las necesidades laborales, y por ello es la más eficaz.

La entrada en el proceso de formación, es la mayor de las singularidades del mismo, niños de corta edad, acostumbrados a la cercanía y protección de padres, familiares o asistentas, disfrutando desde un escaso o nulo orden, desde el mayor grado de libertad, van a sentirse generalmente agredidos. Se recorta su actividad, exigiéndoles en su lugar cierto comportamiento, y todo ello en ausencia de los suyos, situación que la viven como desestabilizadora e invasiva, de aquí que seamos serios en este tránsito, que les expliquemos en qué consiste el proceso, y les acompañemos con cariño y rigor, y amén de que nos prohibamos los comentarios vacíos, que trivializan su entrada en el sistema educativo, y que incluso llegan a provocar ciertas bromas.

Quizás otra de los aspectos a resaltar, es la entrada al último curso, aquel cuyo fin nos pone a las puertas de otra nueva situación, el campo laboral, porque en definitiva todos nos formamos con el objetivo de prepararnos para ejercer una labor en este campo, de la que obtener un beneficio económico con el que poder aspirar a vivir, e incluso formar una familia, la importancia de este curso se deriva de la preparación, teórica, practica y social, que nos proporcione, con el objetivo de facilitarnos seguir en la vida, un nuevo estatus.

Generalmente, desde este curso, hemos de hacer dos indicaciones, una es aquella por la que la formación en muchas ocasiones está obsoleta, la vida ha evolucionado mucho en poco tiempo, y la universidad persiste en unos perfiles de formación, en la mayoría de los casos, ajenos, o lejos de los perfiles que absorbe la sociedad. Por otra parte, se incide excesivamente en la teoría, que es vital, pues sin ella te sentirás desnudo, pero que si no va acompañada de cierta experiencia, nacida de las prácticas, la formación queda en si misma muy limitada. Añadir a esto, el número de alumnos que de forma indiscriminada se matriculan, sin que se tenga en cuenta, en la mayoría de las ocasiones, las necesidades de nuestra sociedad, por lo que seguimos formando grandes profesionales, para ejercer más allá de nuestras fronteras. ¡Qué caros nos salen!

El resto de los cursos tienen un perfil parecido, primero la pereza de la incorporación, ¡se vivía tan bien sin hacer nada!, segundo, el deseo de encontrar aquellos amigos con los que hemos dejado de conectar, y quizás añadir, dependiendo del curso, el miedo a la dificultad del mismo, “es un curso superior y me han dicho que es más difícil”, a la vez de pensar si en este curso se unirán algunos alumnos nuevos, pues siempre ocurre. Resta apuntar, un poco de temor a los cambios en la clase, y si nos separan o no de los amigos de siempre.

La formación profesional con el tiempo, va adquiriendo la importancia que merece, es una rama de la formación que ha de seguir creciendo, porque es la que mejor se adapta a las necesidades laborales, y por ello es la más eficaz, ha ganado prestigio por su eficiencia, porque la formación es completa, los convenios universidad empresa han sabido dar una respuesta además de adecuada muy eficaz en el campo laboral, al formar en la teoría y en la práctica, a los diferentes alumnos, pudiendo de forma flexible sumar sin esfuerzo cuantos perfiles sean necesarios, de acuerdo con la demanda social.