Tal vez alguien sepa quién lleva siendo alcalde de Zamora desde junio de 2015, vamos, los últimos seis años y casi tres meses. Yo pensaba que era Francisco Guarido pero parece ser que no. Ni él, ni los que yo pensaba sus concejales. De todas formas, quizá mi búsqueda resulte estéril. No porque no sea capaz de encontrar e identificar quién es el primer edil de la capital, sino porque puede ser que el cargo esté vacante. Y no, tampoco lo digo porque las horas de dedicación al Ayuntamiento sean más bien escasas en comparación con otras épocas o con lo que una ciudad de más de sesenta mil habitantes parezca requerir o porque no se conozca que en seis años haya hecho desplazamiento alguno para reivindicar o pelear en otras administraciones los recursos que Zamora necesita para la ejecución de proyectos que tampoco se empiezan o se dan terminados.

Te imaginas qué pasaría, tú que eres encargado de una cafetería, de una tienda, de un taller o de un almacén, si un proveedor te emite facturas que no coinciden con los albaranes o albaranes que no coinciden con lo realmente entregado; que las diferencias son abismales y que esto ocurre a lo largo de los seis años que llevas de encargado. Y cuando salta vas y le dices a quien te ha contratado y paga tu sueldo, que bueno sí, que estás tratando de averiguar que ha ocurrido y que pedirás cuentas a los empleados que dependen de ti.

O te imaginas que tú, que eres dueño o administrador de una empresa, grande, mediana o pequeña, crees que tienes un desfalco o un error en el mayor contrato que gestionas, y que es de un porcentaje relevante del importe del mismo, lo que supone millones de euros, y que además se viene produciendo desde hace seis años. Y entonces le dices a tus accionistas, socios o al inspector de hacienda que ha venido a verte que tú no tienes nada que ver con eso y que son tus empleados los que van a tener que responder.

En ambos casos, a continuación puedes añadir que aunque esto es de hace seis años, ya lo estás corrigiendo, porque hace cinco o seis meses has dejado de pagar a tu proveedor; pero que si sus empleados no cobran el sueldo porque él no puede pagárselo, que estén tranquilos, que lo pagarás tú.

Puede que te parezca absurdo. Pues parecida es la milonga que nos ha querido colocar el alcalde Guarido con respecto a su gestión del contrato de recogida de basuras y limpieza viaria de la ciudad, que lleva seis años (los mismos que su mandato), caducado y sin renovar. Pero sabes qué ocurre, amigo lector, que además lo de Guarido en este asunto no es como lo ha contando cuando no le ha quedado más remedio que pronunciarse. Es más grave, con detalles más complejos y con implicaciones muy serias. De modo que pronto veremos si había o no había alcalde en la toma de las decisiones adoptadas durante estos seis años.

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