Son muchos los zamoranos descontentos con eso que en Sanidad se llama, ‘atención primaria’, vamos, lo del médico de cabecera de toda la vida. Muchos ciudadanos no entienden que, mientras en los hospitales se atiende presencialmente, en los consultorios de salud haya que hacerlo por teléfono. Esto ha venido siendo así durante muchos meses, no vaya a ser que ahora alguien se rasgue las vestiduras. Es más, muchos ciudadanos protestan de “falta de atención” o de “atención insuficiente”, de que sus médicos de atención primaria no les derivan a los especialistas cuando lo necesitan y detalles así por el estilo.

Unos, arremeten contra el sistema, otros lo hacen directamente contra el facultativo. Esto no tiene que sonar a nuevo. El personal sanitario también protesta y a veces da la sensación como de que estuvieran en una especie de huelga de brazos caídos. No lo digo yo, lo dicen muchos pacientes de atención primaria. La verdad es que se oye de todo y poco bueno. Quienes más protestan son los facultativos que prestan su servicio en el medio rural. Se quejan de que hacen falta médicos y arremeten contra todo lo establecido. Ni quito ni pongo como tampoco generalizo. Es más, algún que otro facultativo se ha quejado diciendo que “la atención primaria, en Zamora, es una basura”. ¿Cómo lo consienten?

Los que así piensan son los primeros que deben actuar en consecuencia. Están en la obligación de impedir que eso sea así. No puede haber ciudadanos de distintas categorías en función de su lugar de residencia. Todos debemos ser iguales a los ojos de la sanidad pública. Es cuestión de opiniones. Tengo para mí que hay que escuchar todas las versiones, porque también del otro lado se producen quejas ante ciertas actuaciones que dicen muy poco de sus protagonistas. Si se supieran, esta cuestión daría un vuelco, precisamente nada favorable a los ejercientes de una, al parecer “desatención” en la que los nuevos profesionales no quieren participar.

Me pregunto, ¿en lugar de caer en ese estado quejicoso, lejos de mirarse al ombligo, por qué no realizan una labor de introspección y, sin dejar las reivindicaciones, siempre necesarias cuando son reales, empiezan a preguntarse si algunos fallos no proceden de sus propias actuaciones? De todo hay en esa viña en concreto. Quiero para el medio rural, lo mismo que quiero para el urbano, pero es que en el urbano también se producen actuaciones desaconsejables. El malestar del usuario es grande. Que conste que, en ningún momento, estoy generalizando.

Todos están en la obligación de poner todo de su parte. No vale con tirar la piedra y esconder la mano.