El tren, uno de los elementos estratégicos de la Revolución Industrial, es el símbolo del maquinismo y del triunfo de la ciencia sobre la naturaleza. El ferrocarril, sin embargo, es el resultado de la ingeniería al confluir la invención de la locomotora y los raíles, permitiendo el desplazamiento de personas y mercancías a bajo coste.

La necesidad de acortar distancias entre Madrid y Galicia ha sido una constante histórica que ha estado siempre de actualidad y llena de polémica. Las dificultades orográficas, económicas y políticas para lograrlo también han acompañado. Allá por la segunda mitad del siglo XIX se observa la necesidad de unir Madrid con Vigo usando la menor distancia posible, pero pasando por Medina del Campo. En 1862 se crea la Compañía de los Ferrocarriles de Medina a Zamora y de Orense a Vigo (MZOV) y en 1864 se redacta un proyecto para llevar a cabo la construcción de la línea ferroviaria. En abril de 1864, la comisión de ingenieros encargada del proyecto dijo, refiriéndose a la línea entre Puebla y Orense: “en la línea de Zamora a Orense hay que vencer dificultades enormísimas, atraviesa una comarca donde no se encuentra una sola población que llegue a las dos mil almas. No merece la pena la construcción de esos kilómetros que quizás sean los más difíciles de España”. Y así, como una sentencia condenatoria, quedó aplazado le proyecto. Se retoma la idea en 1912, pero no sería hasta febrero de 1926, bajo la dictadura de Primo de Rivera, cuando el Estado decide retomar el proyecto. En 1931, Indalecio Prieto (titular de las carteras ministeriales de Hacienda, Obras Públicas, Marina y Aire y Defensa Nacional durante la Segunda República) no ve rentable el ferrocarril diciendo “ni una peseta más para ferrocarriles” parándose así, de inmediato, las obras comenzadas en la citada línea. Posteriormente surgiría la Guerra Civil y la obra del trazado continuaría abandonada.

El hecho de que el tren llegase a Sanabria y su posterior prolongación a Galicia empleó a mucha gente de los pueblos de la comarca sanabresa suponiendo, en la mayoría de los casos, la única opción para llevar dinero a casa

El caso es que un proyecto que tenía una duración estimada de 5 años tardó casi 25, trabajando hasta tres generaciones diferentes en la misma obra. El hecho de que el tren llegase a Sanabria y su posterior prolongación a Galicia empleó a mucha gente de los pueblos de la comarca sanabresa suponiendo, en la mayoría de los casos, la única opción para llevar dinero a casa, dejándose, literalmente, la vida en ello. La continua exposición al polvo provocaba la silicosis, conociéndose en la zona como “el mal de la vía”.

El tramo ferroviario desde Zamora a Puebla de Sanabria fue inaugurado por Franco el 24 de septiembre de 1952. El 1 de julio e 1957 inauguraba en la estación de Puebla de Sanabria (una de las más bellas y singulares de España, está construida en mampostería de sillarejo de grandes dimensiones sin desbastar) el tramo de ferrocarril Puebla de Sanabria-Ourense.

Decía F. Nietzsche que “la historia es cíclica: una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias y en otro estado diferente, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable”. Y qué razón tenía. En la historia de España, como ha leído hasta aquí, las inversiones en infraestructuras ferroviarias han traído bastantes polémicas en sucesivos gobiernos, aunque fuesen de diferente signo. La Alta Velocidad no ha querido ser menos y se ha visto también involucrada en polémicas inversiones de la red española de ferrocarriles.

Sanabria, al estar en el medio entre Madrid y Galicia, tampoco ha querido perderse estas discrepancias con la nueva vía de la Alta Velocidad, y todo por el simple hecho de querer conectar lugares distantes geográficamente en el menor tiempo posible, alimentando el viejo debate del AVE como un gasto innecesario. ¡Qué cosas!

Parece ser, según la cantidad de titulares de prensa al respecto, que no ha gustado mucho que en la pedanía de Otero de Sanabria se construya una estación de tren (incluso se pidió la intervención de la Comisión Europea para frenar la parada de Alta Velocidad), que además el proyecto comprende, por necesidad, la construcción de un nuevo tramo que conecte el vial de acceso al Puesto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes (PAET), equipado con andenes accesibles a los viajantes por si existiese la necesidad de evacuación o cambio de viajeros de un tren a otro. El PAET se construye al margen de los habitantes de Otero de Sanabria, de la comarca de Sanabria o de la totalidad de la provincia de Zamora. La provincia, en la parte noroeste, es montañosa y el tramo que atraviesa esta nueva línea férrea puede estar repleto de túneles o curvas que harían imposible la construcción de un PAET. Otero de Sanabria, sin embargo, se encuentra en un espacio relativamente despejado y llano que, en el diseño original de la línea, permitió incluir el PAET de obligatoriedad técnica.

Si alguien ha decidido que se construya una estación en una pedanía de escasos habitantes seguro que no ha sido por azar, ha sido bajo la meditada favorabilidad para la construcción de la infraestructura necesaria en un tramo en la mitad del trazado entre Zamora y Orense, tratándose del lugar más adecuado. Por comparación, es posible que cuando se decidió construir un aeropuerto en la villa madrileña de Barajas algún iluminado también salió criticando la ubicación: ¿qué necesidad hay de construir un aeropuerto en un pueblo?

El tren, en cualquiera de sus modalidades, aumenta la conexión y accesibilidad con otros núcleos poblacionales de la geografía española favoreciendo la ordenación del territorio. Todas las localidades cercanas a una estación de tren siempre se verán favorecidas, siempre, con una evidente mayor conectividad con el resto y creando nuevas posibilidades de empleo. A su vez, existe la posibilidad de que se produzca un efecto llamada, a modo de éxodo urbano, para intentar repoblar esos municipios sanabreses que también forman parte de la España Vacía y olvidada.

Sanabria es una comarca cuya población ha descendido notablemente a causa del éxodo rural, pero por su mezcla de influencias de León, Portugal y Galicia no ha perdido la atracción vacacional debido también, todo hay que decirlo, a su entorno y su encanto. La nueva estación hace que con la Alta Velocidad no se suprima el servicio que antes ofrecía la mencionada estación de Puebla de Sanabria. Con la nueva infraestructura, la comarca quedará más cerca de todas partes mejorando notablemente la accesibilidad de una buena parte de la provincia zamorana y una buena parte de la zona norte de Portugal, transformando la movilidad de los vecinos y de los visitantes. Todo ello contribuirá, seguro, a una repoblación de algunas de esas segundas viviendas que únicamente se habitan en periodos muy específicos del calendario y, ahora, se han colocado a menos de dos horas de Madrid y otro tiempo similar de Ourense.

(*) Gestor de Activos y Trader Independiente @ToGarMos