Ríos de tinta son los que están llenando estos días los embalses vaciados en pueblos que respiran económicamente gracias al turismo que visita en este período estival estos hermosos lugares de la España vaciada, más vaciada aún por culpa de una empresa chulesca que acampó a sus anchas en los años treinta con la desaparición de pueblos que hoy salen como esqueletos entre piedras a la luz ámbar de la memoria.

Iberdrola, una empresa que no ha tenido ni tan siquiera el gesto de la misericordia de no cobrarle el recibo de la luz a los habitantes de los pueblos afectados por una energía eléctrica que corre hacia el país vasco, como la velocidad de la luz, en esa comunidad donde quedará toda la economía que aquí, en estos pueblos callados, se produce. Así de fuerte es la historia.

No hay una palabra para definir el paisaje, hasta ahora idílico, de nuestros pueblos ribereños del Esla, si la hubiera sería un paisaje hoy, desolador, con una empresa de fondo exprimiendo el megavatio, a más no poder, para dejar exhausta la economía estival de estos lugares. Y es increíble cómo se les llena la boca con la España vaciada a quienes ahora abren el grifo para desertizarnos, para ahogarnos en la sed del silencio.

Hablo conociendo a la perfección el pelaje de esta empresa y sus intereses, casi siempre, económicamente espúreos y asfixiantes para el pueblo.

Mientras el jefe de Iberdrola: el señor Sánchez Galán, estará pensando con qué cheque y de cuánta pasta será lo que deba firmar para tapar algunas bocas, dado que el comisario Villarejo lo ha señalado con el dedo acusador.

¿Vamos a seguir, los habitantes que vivimos en estos pueblos, aguantando el abuso de esta empresa, dejando que se lleve el dinero que brota de nuestras tierras y de nuestros campos a otra comunidad? ¿Por qué no nos oponemos a pagar las facturas de la luz que aquí se produce y que aquí ningún beneficio queda? ¿Hubieran cruzado los brazos, impasibles, las personas que viven en otras comunidades, las que sean, ante esta brutal falta de cordura por parte de estos iberdrolos?

Debemos tomar conciencia de cómo ellos abusan de nosotros y de estas tierras, que no de otras, y si es necesario debiéramos tomar las medidas pertinentes, si con ellas tampoco valiera, alzar la voz de todos los que sufren estas desavenencias y pararle los pies o electrocutárselos, si metafóricamente llegara el caso.

Reivindicar lo que nos corresponde desde hace años con esta empresa, que no bajen las compuertas de sus oídos y escuchen de una vez lo que estas gentes se merecen y no les aneguen sus vidas más, por favor. Saludos desde el paisaje sediento de Muelas del Pan.

(*) Poeta y Profesor