No quiero amargarle el verano con malas noticias. Bastante tenemos ya con las marejadas y marejadillas producto de las distintas olas que la pandemia nos está dejando. Hay que hacer caso a lo que nos dicen los científicos que en el mundo son. Y dos de los que identificaron el COVID-19 alertan ahora del peligro de un nuevo virus. Se trata del primer caso de infección humana por un virus documentado en China, de donde proceden todos nuestros males sanitarios, no sé si con la connivencia de otros países o si los chinitos de la China se sobran y se bastan para convertirse en azote del mundo.

Esta vez, la víctima es un veterinario de 53 años que trabajaba en un instituto de Pekín, especializado en la cría de primates no humanos y en la investigación experimental. Al parecer se contagió tras diseccionar dos monos muertos el 4 y el 6 de marzo del presente año. Al mes comenzó a padecer varios síntomas asociados a la enfermedad como náuseas, vómitos, fiebre, dolor de cabeza y multitud de síntomas neurológicos. Dos macacos Rhesus utilizados en el experimento fueron las fuentes de contagio del pobre chino.

Pangolines, murciélagos y ahora macacos, sin contar los experimentos que se llevan a cabo en ciertos laboratorios no solo chinos, sino del mundo mundial, donde juegan con nuestra salud y nuestra vida. Si lo de los monos es preocupante siempre y cuando se establezca una correa de transmisión puesto que los virus son viajeros, lo que me ha preocupado realmente de la noticia, que en principio sólo afecta a un habitante de China, es que en un laboratorio se trabaje en la cría de primates no humanos. ¿Qué quiere decir eso? ¿Acaso se están planteando en China ideas de sociedad y comunidad, naturaleza e identidad humanas como en la famosa novela de H.G. Wells, La isla del doctor Moreau? O lo que es igual, ¿acaso en China están jugando a ser Dios?

Esos experimentos suelen traer malas consecuencias. No todo es conseguir ovejitas Dolly, la mar de iguales, de lanuditas y de monas. Con los primates la cosa cambia. Nos lo ha venido contando la ciencia ficción en novelas y en cine. Que China registre la primera muerte de un humano por el virus del mono B es preocupante, sabiendo según las autoridades chinas que el virus podría representar una amenaza zoonótica potencial, en principio sólo para los trabajadores del laboratorio, pero más preocupantes resultan otros experimentos llevados a cabo en laboratorios también chinos donde se juega a crear una especie de Planeta de los Simios que acabarán siendo la especie dominante.