De nada ha servido el llamado escudo social con el que el Gobierno de España ha querido proteger a los colectivos más vulnerables del tornado económico que se les venía encima. No descubro nada nuevo si digo que la pandemia del coronavirus ha provocado una recesión económica de tal magnitud que el número de españoles en situación de pobreza extrema se ha duplicado en apenas un ejercicio. Y sin visos de solución.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida que realiza el INE, el 7% de la población española se encontraba, al finalizar el pasado año, en situación de carencia material severa, frente al 4,7% de 2019. Se considera que una persona está en situación de carencia material severa si habita un hogar que declara tener carencia en al menos cuatro elementos de los nueve de una lista confeccionada por el INE., entre los que se encuentran: no poder ir de vacaciones al menos una semana al año; una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos; retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda o no poder disponer de automóvil, móvil, televisor o lavadora. Aunque parezca mentira son muchas las familias españolas y por supuesto zamoranas que no disfrutan de ninguno de estos elementos.

Situaciones así eran propias de países en vías de desarrollo. Ya no. La pandemia se ha llevado por delante cualquier atisbo de bienestar hasta el punto de que el virus deja a 3,3 millones de españoles en situación de pobreza extrema. Que se lo pregunten a Antonio Martín de Lera, Delegado de Cáritas en Zamora y Castilla y León. Las cifras de Cáritas que difieren poco de las ofrecidas por el INE arrastran argumentos devastadores. Por cierto, la encuesta arroja también un dato muy revelador sobre la situación del mercado laboral en España, porque resulta que tener trabajo no elimina el riesgo de pobreza. De hecho, el 25% de los ocupados patrios se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión, un porcentaje similar al de jubilados que, sin embargo, se dispara entre los parados hasta el 54,7%.

Nada le digo cuando los ERTE desaparezcan y vengan los ERE. Solo Caixabank, en toda España despide a 6.452 empleados. La Banca siempre gana. Pierden los mismos. Las cifras de ahora se multiplicarán considerablemente en una próxima encuesta. Lamento tener que reconocerlo. El indicador de la población en riesgo de pobreza extrema da grima. Otro aspecto, la pobreza va por barrios y por niveles de formación. La realidad resulta estremecedora.