Anoche, cuando dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que el Gobierno de España sólo tenia seis Ministerios y que el de Cultura era el más dotado, competente y mejor.

Anoche, soñé, que en España ya no había autonomías ni autonosuyas, sino fuertes y eficaces ayuntamientos, que presidían siempre el concejal más inteligente, sin oposición partidista de los demás, ni rencillas o camarillas.

Anoche, cuando dormía, soñé que la bandera rojigualda ondeaba por doquier en toda España -como en Suiza, Suecia, Austria, Alemania o EE.UU. las suyas-, y que en ella resplandecía y refulgía más el sol.

Anoche, soñé, ¡bendita ilusión!, que ni El Coletas ni El Guaperas entraban más en el Congreso de Diputados, ni salían más en televisión.

Anoche, antes de dormir, pensé, que tenemos el mejor Rey del mundo por su saber destacable y hacer impecable, su sencillez y esbeltez, su bonhomía y valentía en lo que ha de menester.

Anoche, cuando dormía, soñé, que todos los españoles tenían un trabajo digno y ganaban lo necesario y suficiente, para vivir a un justo y moderado nivel.

Anoche, soñé, ¡bendita ilusión!, que en Cataluña todos hablaban español, catalán y francés, y que vivían en buena paz y armonía desde Reus a Olot o desde Les Borgues Blanches a La Seu d’Urgell.

Anoche, cuando dormía, soñé, ser Caballero de la Andante Caballería y cabalgar un blanco Lucero que brillaba noche y día.

Anoche , soñé, soñé, y, después de tan dulces sueños, me desperté sereno, tranquilo y feliz, deseando a su vez, que todos vivan en serenidad, tranquilidad y felicidad o incluso mejor, si puede ser. Amén.

José Donato Andrés