Semana negra. La violencia contra las mujeres y los menores indefensos se ha colado de nuevo en nuestras vidas. Unas mentes asesinas, sin corazón, sin empatía, sin humanidad, han decidido que no deben seguir viviendo quienes en algún momento fueron el amor de su vida. Mentes asesinas que se han alimentado con el oxígeno del machismo y del patriarcado en los ámbitos más diversos de la vida cotidiana: el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, las calles, el bar de la esquina, las pandillas, los sermones dominicales, las pantallas, el cine, las series de televisión, las redes sociales, etc. Aquí no se libra ni dios. Sí, hay que decirlo alto y claro: los códigos del patriarcado explican las acciones inhumanas de quienes asesinan a mujeres y menores indefensos. ¿Cuáles son los rasgos fundamentales del código patriarcal? ¿Y cuáles son las características de la violencia contra las mujeres? Son dos preguntas que todo el mundo debería formularse si realmente queremos terminar con esta lacra que tanto nos horroriza. Veamos.

La violencia contra las mujeres: 1) es violencia de género, es decir, pata entender esta denominación hay que tener en cuenta el carácter social de los rasgos atribuidos a hombres y mujeres; 2) es un rasgo social a la vez que un fenómeno individual; 3) se deriva de la desigualdad de poder entre hombres y mujeres; 4) es el resultado de la idea de superioridad masculina y de los valores que se reflejan en el código patriarcal; 5) tiene un carácter instrumental, es decir, que la violencia de género no es un fin en sí mismo sino un instrumento de control y dominación social; 6) no es un fenómeno aislado ni circunstancial en las relaciones entre hombres y mujeres, sino que es un aspecto estructural de la organización del sistema social, afectando a las normas básicas de la sociedad y a los modelos de comportamiento; 7) es transversal a todas las clases sociales y que aparece en las diferentes etapas del ciclo vital; 8) es ideológica; 9) está por todas partes; 10) no es natural, es aprendida; 11) es tolerada socialmente.

¿Y los rasgos del código patriarcal? Rescatemos algunos: 1) el vínculo entre virilidad y violencia es suficientemente explícito en nuestra cultura y encontramos muchos ejemplos de ello en la literatura; 2) la idea de jerarquía sexual y la identificación de la virilidad con la superioridad masculina sobre la mujer, lo que en el ámbito popular se llama machismo; 3) la creencia de “tener derecho” a utilizar la violencia contra las mujeres, especialmente para quienes tienen el papel de maridos o padres; 4) la creencia de “tener derecho” al acceso carnal a las mujeres sin consideración a los deseos y preferencias de ellas; 5) la división radical entre pureza y pecado de las mujeres cuya única superación es posible mediante la vinculación matrimonial con un hombre. El código patriarcal no ha desaparecido y aún tiene un vigor considerable. Y creo, como Manuel Castells, que la violencia contra las mujeres se generaliza debido precisamente a la ira de los hombres, individual y colectiva, por su pérdida de poder. Dicho queda.