Nos han contado y nos cuentan tantas milongas sentimentales ante el avance de la vacunación que nos lo estamos creyendo a pies juntillas. Menos mal que siempre podemos contar con la viróloga e inmunóloga del CSIC, Margarita del Val, para que nos saque del ensimismamiento y ponga otro ritmo, no precisamente una milonga, a nuestras esperanzas y nuestros sueños al respecto. Cierto es que hay que vacunarse, aunque las reticencias están a la orden del día. En una sola parrafada, la señora del Val ha hecho añicos el optimismo diciendo que no habrá inmunidad de grupo.

El objetivo tantas veces reiterado por el Gobierno de alcanzar el 70% de la población española inmunizada al final del verano, es más una quimera que una realidad ya que, según doña Margarita, no se conseguirá con ninguna de las vacunas que tenemos. Me joroba tener que darle la razón a un amigo mío con el que mantengo, telefónicamente, confidencias a medianoche, y que me ha hablado muy claro al respeto en línea con la tesis de la investigadora española.

Cierto es que la campaña de vacunación en España avanza a toda velocidad. Cierto es que las comunidades autónomas ya han administrado más de 30 millones de dosis de las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen contra la Covid-19. No es menos cierto que ya hay más de 11,2 millones de personas que han recibido la pauta completa de vacunación, como cierto es que más de 20 millones de personas tienen al menos una dosis, pero, los dichosos peros. La inmunóloga española ha explicado que la inmunidad de grupo, frente a lo reiteradamente anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “sólo se puede conseguir con vacunas que, además de proteger contra la enfermedad, eviten que las personas vacunadas que se encuentren con el virus, se infecten y lo multipliquen”. Al parecer, esto es algo que no ocurre con ninguna de las vacunas.

¿Qué nos están inoculando? Parece que no es tan efectivo como nos creemos. Es lo que tiene la propaganda y el aparato que la sustenta. Según Del Val, a pesar de la vacuna tenemos que seguir extremando las medidas de seguridad. Porque ni con vacuna ni sin vacuna tienen nuestros males remedio, sin ella porque estamos muy expuestos y con ella porque no estamos libres de infectarnos. Esta situación es complicada. Los vacunados ya pueden quitarse la mascarilla pero, ¡ojo al dato!, “no son seguros para sus contactos”, según sostiene la afamada viróloga.

No sé si nuestro gozo no se habrá ido por un pozo. Lo de la inmunidad de grupo está en tela de juicio científico.