¿Qué ha sido de la España de los premios a la natalidad? Aquello es historia pasada y bien pasada. Hoy, los natalicios, ni en las páginas de sociedad. A la nobleza no le da por la familia numerosa, por lo que se quedan en uno o dos como mucho para garantizar la continuidad del título, la estirpe, y a la plebeyez, lo que nos les llega es el tiempo y el dinero para soportar ni siquiera un vástago hasta el punto de que la que faltaba, la pandemia, ha hundido los nacimientos en España al nivel más bajo de la historia.

España necesita los nacimientos que China ha venido rechazando a lo largo de las últimas décadas debido al ‘overbooking’ que sufrían. Las cosas no deben andar muy allá con los chinitos de la China cuando el país oriental cambia sus duras políticas de natalidad, permitiendo a las parejas tener hasta tres hijos. Impensable hace tan solo unos años. Y todo, debido al envejecimiento de la población en el gigante asiático. El Comité Político del Partido Comunista chino quiere mejorar la estructura poblacional y preservar las ventajas en recursos humanos del país. Y eso que nos ganan por goleada. Lo hacían antes de adoptar esta ‘sublime’ decisión, y lo seguirán haciendo si las parejas chinas siguen al pie de la letra la recomendación de su gobierno.

Cómo se ve que la economía en China va sobre ruedas. Al publicar la mejora en las políticas de nacimientos, el gobierno de aquel país anuncia importantes medidas de apoyo. Medidas que sirven para animar a la procreación, no como aquí, que entregan a los futuros padres un vale para comprar tres biberones y como mucho les regalan una canastilla. Así no hay quien se arriesgue. Y, luego, hay que importarlos de países asiáticos, africanos e iberoamericanos.

Un país donde el pasado año nacieron doce millones de personas, se puede permitir ciertas prohibiciones. A nosotros puede parecernos una barbaridad, no obstante, esos doce millones es un descenso notable para ellos, con respecto a los 14,6 millones de 2019. China sin sus chinos no es nada, ni la gran potencia de la que presume, ni el dragón con el que amedrentarnos un poco. En 2016 autorizaron a las parejas tener dos hijos y en 2021, han subido a tres.

No veo la solución para España que está bajo mínimos. Tanto se ha retrasado la edad de las madres para tener el primer hijo, que o cogen el tren en marcha o corren el riesgo de quedarse esperando en el andén. En Zamora la cosa está de capa caída. A los último datos le remito.