Es muy difícil reunir tanto desprecio como demuestra el Gobierno de España con Zamora a través de Renfe. El maltrato gubernamental no es único (Monte La Reina, el lobo, la exclusión del Plan de recuperación frente al reto demográfico, etc…) pero lo de Renfe ha adquirido tintes de ensañamiento y agravio muy notables.

Crece la frecuencia de trenes de alta velocidad en toda España (252 semanales) como signo de la recuperación, pero para Zamora solo se añade la burla de un viaje más a Madrid a las 10 de la noche. ¿Qué trata de estimularse con esta decisión? Renfe deslocaliza sus centros digitales para luchar contra la España menos poblada y premia a diversas localidades pero vuelve a rehuir sin ninguna explicación a Zamora. Suma y sigue.

El caso más sangrante, sin duda, es el del tren madrugador que unía Zamora con Madrid a primera hora de la mañana y permitía soñar (a algunos de los 35.000 zamoranos que viven en Madrid) con planes profesionales y familiares de conciliación entre nuestra provincia y la capital de España.

El estado de alarma justificó la supresión de ocho servicios entre Zamora y Madrid en marzo de 2020. El compromiso de recuperarlos cuando la movilidad se normalizara se ha evaporado y las reglas del juego son otras en las que Zamora ya no cuenta.

El estado de alarma justificó la supresión de ocho servicios entre Zamora y Madrid en marzo de 2020. El compromiso de recuperarlos cuando la movilidad se normalizara se ha evaporado y las reglas del juego son otras en las que Zamora ya no cuenta

La animadversión ferroviaria del partido socialista hacia Zamora no es nueva ni mucho menos. Hay que recordar que otro gobierno socialista suprimió el ferrocarril Ruta de la Plata (acuerdo Consejo de Ministros de 1984) y que el desmantelamiento de las vías comenzó precisamente en nuestra provincia (Barcial del Barco).

El pasado 10 de mayo tuve el honor de defender una Proposición no de Ley destinada a que Renfe reponga el tren madrugador. Dije ese día en la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Congreso de los Diputados que esta reivindicación tiene el respaldo de toda la sociedad de Zamora, de las instituciones provinciales, incluso del propio Ayuntamiento de Zamora. El grupo socialista solo encontró una peregrina excusa para tapar sus vergüenzas con el cuestionamiento de la alta velocidad para frenar la despoblación y, cómo no, en la culpabilidad del Partido Popular se trate de lo que se trate. Sin el coraje suficiente para votar que no a nuestra iniciativa, los socialistas se abstuvieron para lograr el mismo resultado negativo. Tendrán que sumar este portazo a larga lista de agravios que tienen con Zamora. Los zamoranos no entenderíamos el desmantelamiento de servicios públicos que podrían ayudar a revertir la sangría demográfica que recordé en el Congreso.

Demanda y aprovechamiento son los dos conceptos que mezcla Renfe para negarnos el pan y la sal del tren de las 7h. Conceptos que servirían igual para avalar la recuperación del servicio si el aprovechamiento se quisiera entender como social y no puramente económico, como fuente de oportunidades y no como un simple lucro empresarial, como opción de vida y desarrollo y no como mera explotación mercantil. Para interpretar así el aprovechamiento habría que tener alguna sensibilidad que los socialistas niegan sistemáticamente a Zamora. Es singularmente cruel que mientras se aducen pretextos de baja ocupación (demanda y aprovechamiento) para no restablecer el tren madrugador de Zamora, se financie sospechosamente con muchos millones de euros una línea aérea sin aviones pero muchos intereses venezolanos. Las prioridades del Gobierno de Pedro Sánchez están claras.

La desidia del Gobierno con Zamora y el tren madrugador no tiene límites y alcanza incluso al hecho de esquivar una fecha y hora para mantener una reunión con la Diputación Provincial sobre este asunto. Meses de desconsideración y retraso para tratar de evitar lo inevitable: su absoluto y calculado desinterés por esta demanda. Piensan que la crítica se desvanecerá y la indignación encontrará otro motivo de expresión. Se han delatado una vez más en el resentimiento clamoroso hacia esta tierra que no ha cometido otra falta que no votarles (más que a otros) y a la que solo por ello se empeñan en castigar burdamente. Ni siquiera hace un mínimo esfuerzo el Gobierno para disimular su desprecio. Los argumentos son endebles, desganados, como para sacudirse a un pelma que no merece la pena ni ser escuchado. Es un grave error suponer que los zamoranos tenemos que soportar sin ninguna reacción ni consecuencia ese maltrato.

El 15 de junio muchos zamoranos estaremos con la Diputación Provincial en su entrevista con Renfe, muchos más de los que los socialistas han calculado que pueden soportar perder el tren sin inmutarse.

(*) Diputada del Partido Popular por Zamora