A veces me despierto a media noche y pienso en ti.

Una de las cosas que aprendí de ti es que es difícil olvidarse de alguien si siempre lo llevas en el corazón.

Los momentos de felicidad vividos se recuerdan y también aquellos que nos hicieron sufrir, pérdidas de personas queridas. Por eso lo más importante en esta vida es ser feliz y luchar por superar los momentos difíciles, porque al final se superan, aunque no se olvidan.

A veces sueño contigo y me despierto y estás ahí, pero no, no es la realidad. Pasan los años y sigues en mi mente y en mi corazón. Sé que siempre te tendré en mi interior y en mis recuerdos.

Pasa la vida, pero tú siempre estás conmigo, todas las horas del día y todos los días del año. Veinte años parecen muchos pero no son tantos.

Te tengo dentro de mi en mis recuerdos.

Los días que pasamos en los bañaderos de Los Tres Árboles, en donde me enseñaste a nadar. Las tardes de verano en el embalse. Ese partido de tenis, que por cierto perdiste y ese baño en la piscina, miles de cosas.

Te recuerdo. Cierro los ojos y te veo. Fuiste grande, fuiste fuerte, luchador y trabajador, nunca te rendiste, por nosotros, hasta el final. Te quiero papá. Siempre te querré.

José Alberto Rodríguez Zúñiga