Cuánto daría porque palabras similares a las que pronunció la noche del pasado martes 3 de mayo Isabel Díaz Ayuso, tras ganar con tamaña holgura las elecciones a la Asamblea de la Comunidad Autónoma de Madrid, pudiéramos escuchárselas a todos los políticos, sean del partido que sean, tras ganar las elecciones a cualquier municipio o comunidad autónoma del Estado español. Aunque muchos lo consideren una utopía, yo sueño con que un día, por el bien de España, podamos oír a algún presidente de la Generalitat catalana o del Gobierno vasco, decir: ¡Viva Cataluña, o viva Euskadi y viva España!

La fuerza arrolladora con que la señora Díaz Ayuso ha ganado en Madrid es producto de la filosofía y de la cultura del esfuerzo de que ha hecho gala la líder del PP madrileño desde que se diera a conocer, en contraposición al cinismo del señor Sánchez y el populismo más rancio liderado por quien, haciendo méritos a “bufón más bufón” de la reciente historia de España, saliera a escena allá por mayo del 2015, vendiendo humo. ¡Qué pena me dan los que, creyendo lo que decía el “más listillo de la clase”, Pablo Iglesias, se lo compraron!

Sueño con que un día, por el bien de España, podamos oír a algún presidente de la Generalitat catalana o del Gobierno vasco, decir: ¡Viva Cataluña, o viva Euskadi y viva España!

La valentía, la convicción y el arrojo con que la aguerrida política de Chamberí se ha enfrentado a los cínicos y trasnochados señores Sánchez e Iglesias, además de haber calado hondo en la mayoría del electorado madrileño, han servido no solo para ganar a la izquierda más desnortada de los últimos tiempos las elecciones más ferozmente disputadas en Madrid, sino también para dejar al aire las vergüenzas del “desaparecido presidente” que no ha sido capaz ni de mostrar su apoyo al candidato Gabilondo cuando más lo necesitaba, y para “abrir la puerta para que se vaya”, de una vez por todas, al personaje más mezquino, más indecente, más soberbio y más dañino que ha pasado por la política española desde que se aprobara La Constitución que aún sigue vigente, a su pesar. ¡Ojalá no vuelva nunca!

Las ideas liberales de la señora Ayuso, basadas en las ganas de trabajar por un Madrid y una España libre, fuerte y unida se han impuesto a las maniobras oportunistas del “sanchismo” y a los delirios de grandeza del “progre de la coleta”, que ya no convence a nadie.

Los resultados de las elecciones a la Comunidad de Madrid deben ser analizadas con cordura por todos los españoles de bien, es decir, por los que de verdad amamos España, y ello debe servirnos para que cuando se celebraren nuevas elecciones, sea donde sea, sepamos decidir que es mejor: “Si extender la mano para pedir peces, o que nos enseñen para que los podamos pescar”. Yo nunca tuve dudas, prefiero vivir en deuda con los que me enseñaron a ganarme la vida, que ser esclavo de los que por una miseria, es decir, por un puñado de votos, me quisieron comprar.

¡Viva Zamora, viva Castilla y León y viva España!