El pasado día primero de mayo tuve la oportunidad de pasear y disfrutar durante dos horas soleadas y primaverales, del hermoso bosque zamorano de Valorio.

Durante 25 años viví en la calle de las Doncellas con mis padres y hermanas, desde la cual la distancia a Valorio será de un kilómetro. Ello nos permitía frecuentarlo y disfrutarlo, entrando por el paseo principal hasta la casita del guarda y luego a la fuente del león y a la zona central del bosque con sus corpulentos pinos de unos 600 años.

Pero al hacerlo recientemente lo he encontrado lleno de verdor primaveral, encanto, belleza campestre y hermosura, a pesar de no ser muchas las aves que lo alegran con sus revoloteos - algunos gorriones, palomas o urracas- ni muchos los patos que nadan sobre el estanque, acertadamente remodelado y agrandado, dedicado al famoso naturalista Rodríguez de la Fuente. Solo vi un pato y sería bonito que estuviera acompañado de alguno más y de algunas parejas de bellos y elegantes cisnes.

Es simpática también, la sencilla dedicatoria grabada en el pequeño monumento levantado sobre el agua con su busto, rodeado de las figuras de un lobo y un corzo o rebeco: Los niños de Zamora a Félix. Excmo. Ayuntamiento de Zamora. Año 1985.

Sugiero, por todo ello, que la visita a tan hermoso bosque, salvo en época invernal, se incluya entre las programadas para los visitantes a la ciudad, sino lo estuviera ya, y felicito por último al Ayuntamiento de Zamora y al Servicio de Medio Ambiente, por el cuidado, limpieza y mejora del hermoso y frondoso bosque de Valorio.

José Donato Andrés