Con el Día del Libro, que recientemente celebramos, ocurre parecido a los de Navidad y Año Nuevo: un tren de mensajes circula por las redes sociales con letra, vídeos, cuadros, música, frases y dibujos para ensalzar la lectura. Ya borré, como es lógico, los navideños, aunque alguno habré salvado por haberse tomado el amigo atento, o el familiar cercano, la molestia de escribir palabras de cariño con esmero; el resto fue a la papelera.

La verdad de las mentiras (cosas que guardo) Ángel Alonso Prieto

En el día de la letra impresa, diríamos que vuelve una bella redundancia, como el propio abecedario, de cuya multiplicación y combinación resulta este artículo y, para el creyente, todo lo escrito y por escribir: “En el principio era el Verbo…” leemos en La Sagrada Escritura- como se define la fe a sí misma- en sencilla y compleja frase que ha llenado bibliotecas y definido vidas. Paradójicamente Jesús no nos dejó un libro sino su Palabra que otros se encargarían de escribirla después.

Me mandaron cosas en el Día del libro que no borro y guardo para ustedes entre las páginas de este diario. Empecemos:

El libro tiene su día con todo merecimiento frente a tabletas, móviles o chismes parecidos que lo envidian, y Forges con su viñeta de humor señala: “¡chincharos!”.

Varios vídeos suelen repetirse cada año y no me canso de abrir, como el de cuadros de pintura de diferente estilo y época: un calendario de personas, postura y ambiente, donde siempre hay un libro entre las manos de alguien; como en las fotografías de nuestro reportero Emilio Fraile retratando consumo complacido de la hornada que las librerías sacaron a la calle dicho día cual terrazas con su toldo, y mesas servidas con variada carta y todo tipo de menú de letras.

El libro tiene su día con todo merecimiento frente a tabletas, móviles o chismes parecidos que lo envidian, y Forges con su viñeta de humor señala: “¡chincharos!”

Más cosas que no borro son frases que entraron en mi móvil recordando la celebración con mensajes que parecen telegramas o quizá pájaros que van posándose con algo en el pico, y creo recordar que escribí lanzando al vuelo esta respuesta: “El libro, ese ave migratoria que cruza el espacio y el tiempo”. Son varios los mensajes que asocian el libro con los pájaros; en un vídeo las páginas se convierten en alas que se elevan; en un dibujo las letras se transforman en mariposas y en otro una joven lectora dice orgullosa: “ Adoro los libros que me dejan la cabeza llena de pájaros”. Si de frases hablamos Cervantes, como es natural, se lleva la palma: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Nada extraño en un autor que inventó un hidalgo convertido en trotamundos por culpa de los libros. En otra viñeta aparecen dibujados de espaldas dos compañeros de viaje literario que no acostumbramos a ver juntos, y dice Don Quijote: “Cambiemos el mundo, Principito, que no es locura ni utopía sino justicia”.

No podía faltar a esta feria Mafalda, que tumbada en el suelo sobre un libro advierte: “Lo peligroso de vivir sin leer es que te obliga a creer en lo que te digan”.

Junto a Cervantes voy a quedarme con Pessoa, el autor del “Libro del desasosiego”, cuyo espíritu sosegaba con libros y alcohol: “No hay aventura más grande que haber amado a Lady Macbeth”. No se puede decir, mejor y más breve, el hechizo que produce la lectura de los grandes clásicos universales de las letras.

Una profe emérita de literatura, colega del instituto, carga el vagón de cola de estas líneas con los versos de un clásico de la poesía española de siglo XX, Ángel González, que resume muy bien el efecto de leer en el espíritu, en el corazón con ansias de volar sobre la realidad:

“-Por qué lloras, si todo en ese libro es de mentira

Y él respondió:

Lo sé; pero lo que yo siento es de verdad.”

También parece increíble que una mata de jaras trasplantada desde un monte de Zamora, a una terraza de La Estrada (Pontevedra) saque flores perfumadas, tras años de silencio en su mudo verdor, pero ya lo dice el lema de este año de la Feria del Libro de Zamora: En la raíz está la luz.

Cosas que guardo.