Me lo contó Jesús. Trabaja en Cáritas y es, posiblemente, la persona que más sabe y mejor conoce la historia y la necesidad del Comercio Justo. Me dijo Jesús que desde el año 2001, cuando se instituyó, cada segundo sábado del mes de mayo se conmemora el Día Internacional del Comercio Justo. En este día se recuerda que existe un comercio alternativo, más humano, más solidario, más racional. En los 24 países de América Latina y el Caribe en donde están presentes las organizaciones miembros, se desarrollan diferentes actividades marcadas por la alegría, por los colores, por los aromas y por la reflexión.

La tienda del Comercio Justo de Zamora también se une a la conmemoración, hoy es el día, y sus responsables lo celebrarán como corresponde. Guardando respetuosamente las normas impuestas por la situación, hoy es un buen día para visitar el establecimiento de Ramos Carrión. Globos de colores, alegría festiva, invitación a conocer los productos y videos donde se muestra el trabajo que desarrollan todos los adscritos a este comercio que ha dignificado la vida y el trabajo de miles de hombres y mujeres del hemisferio sur.

No está de más darse una vuelta y recrearse con tantos pequeños y grandes detalles, algunos de ellos la mar de sabrosos, como ocupan un lugar preferente en la instalación abierta al público. Le tengo echado el ojo a un vestido de seda y pedrería digno de una hurí, procedente de India, aunque los de Marruecos tampoco son para perderlos de vista por la belleza de sus texturas, sus bordados y sus colores. Rebosan feminidad por todas las costuras. Como rebosan encanto los muñecos de crochet y la cestería que adorna sus estanterías.

Vuelvo a la carga, porque merece la pena. Me alegra enormemente saber que Zamora no ha perdido ese tren en concreto, gracias a que Cáritas forma parte de la Red Interdiocesana de Comercio Justo. Me gusta esta celebración por una vida más digna para el pequeño productor y trabajador, por un comercio más justo, mejores oportunidades, procesos transparentes y buenas condiciones de trabajo alejadas de la explotación y porque es un magnífico aliado para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

Ni que decir tiene que las infusiones tradicionales y las más exóticas y sofisticadas se dan cita en este comercio donde hay de todo para todos, incluidas las ya tradicionales pastas de las monjas de Toro y de Zamora, porque el producto de cercanía también tiene su lugar en este establecimiento. Hoy es el día y hay que celebrarlo como corresponde. Quizá con una visita y una compra solidaria.