“Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Dale una caña, enséñale a pescar y comerá el resto de su vida”. Este antiguo proverbio chino, bastante manido ya, cobra todo el sentido del mundo en el caso del comercio justo, sistema comercial solidario y alternativo al convencional que persigue el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza. Esta herramienta de cooperación constituye un movimiento internacional con más de medio siglo de historia. Es toda una garantía para el comprador saber que el comercio justo proporciona condiciones laborales y salarios adecuados para los productores, eso equivale a vivir con dignidad. El comercio justo promociona la igualdad entre hombres y mujeres. Respeta el medio ambiente, es decir a la madre tierra tan castigada y rechaza la explotación laboral infantil.

Es lo que toda la vida venimos pidiendo los países del norte para los países en vías de desarrollo y que solo esta herramienta ha conseguido permitiendo no sólo que los medios de vida y los salarios de hombres y mujeres sean dignos, también que su trabajo los dignifique y que la igualdad entre ambos sea un hecho. Esta semana culminará con la celebración del Día Mundial del Comercio Justo. Lo que pocas personas saben es que en Zamora, también nos podemos hacer clientes de este tipo de tiendas que son un espacio para el bien común. Con la garantía que siempre supone el respaldo de Cáritas de Zamora que viene apostando fuerte desde hace cuatro años.

Si podemos ayudar a las cooperativas de mujeres, a los productores y trabajadores iberoamericanos y asiáticos, a los artesanos, a los perfumistas, a cuantos entregan los productos conseguidos con el sudor de su frente, alejados de todo tipo de explotación, hagámoslo. Hoy por ellos, mañana por nosotros. Sé que es un principio un tanto egoísta pero no es menos cierto que está basado en los valores de la amistad, de la solidaridad y, muy especialmente, de la reciprocidad. De eso se trata.

En la Tienda de Comercio Justo de Ramos Carrión, 18, sólo se venden productos con corazón, productos con una historia detrás que lleva directamente al desarrollo de las comunidades indígenas. Es el corazón de miles de hombres y mujeres del hemisferio sur latiendo en cientos de productos. Unos comestibles, como el azúcar panela ecológico, sano y saludable. Pasta hecha de quinoa y de trigo; cosmética; el exquisito chocolate, el café, infinidad de dulces que cumplen con los estándares de calidad más exigentes.

Me alegra saber que esta tienda consigue fidelizar a los clientes, a golpe de solidaridad y calidad gracias a tantos de sus productos con corazón.