FLORENCIA

La leyenda y mito de Perseo y la medusa

Toda Florencia es un conjunto monumental, histórico y artístico, núcleo del Renacimiento

Balbino Lozano

Balbino Lozano

Desde la fecha de mi jubilación en 1995, de ello hace casi treinta años, he podido viajar a Italia en tres ocasiones y disfrutar de las maravillosas obras de arte que hay en sus ciudades. Sería casi imposible relatar una mínima parte de cuanto pude ver en aquellos viajes a Roma, Venecia, Nápoles, Milán, Pisa...

Florencia, Patrimonio de la Humanidad

En esta ocasión, voy a limitar mi comentario a algo que vi en la ciudad de Florencia. Firenze, como la denominan los italianos. Toda Florencia, capital de la región de La Toscana, es un conjunto monumental, histórico y artístico declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982. Se dice que es el núcleo urbano en el que se originó en la segunda mitad del siglo XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento. Su arquitectura, en la que destacan la cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore, el Puente Vecchio, el Museos de los Uffizi o la Galería de la Academia, en la que se pueden admirar estatuas como el "David" de Miguel Ángel. Allí vimos la escultura de "Perseo con la cabeza de Medusa", impresionante obra de Benvenuto Cellini.

La leyenda de Perseo

Según el mito griego, Perseo era un semidiós, hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Polidectes, que se había enamorado de Dánae, pensó que Perseo estorbaba a sus planes y amenazó a este con cortar la cabeza de su madre si no le traía la cabeza de la Medusa, una de las tres gorgonas que habitaban en la isla de Sérifos.

Los dioses decidieron ayudar a Perseo en su difícil empresa, Atenea le dio un escudo que era un espejo, Hades le dio un casco que lo haría invisible cuando lo usara, Hermes le dio unas sandalias que se convertirían en alas para volar, y Hefesto le dio una espada indestructible.

La Medusa era un monstruo que convertía en piedra a todo el que la mirase, por lo que Perseo utilizó el escudo como espejo para no mirar a Medusa directamente y así alcanzó a cortar la cabeza de la gorgona. Perseo pudo escapar haciéndose invisible con el casco que le había dado Hades, dios del inframundo de los muertos.

Después, Perseo, empleando la cabeza de la Medusa convirtió en piedra a Atlas, a Fineo, a Polidectes y a todos cuantos se opusieron contra él.